La Habana, – La temperatura media en junio llegó a 28.0 °C y constituyó el cuarto mes más cálido desde 1951, informaron especialistas del Centro del Clima, del Instituto de Meteorología.
En una evaluación de las características climatológicas generales de ese período, señalaron que las máximas y las mínimas medias alcanzaron 32.1 °C y 23.9 °C, respectivamente, con una anomalía de 2.2 °C y 4.3 °C en ese orden.
Aclararon que en el primer caso, hubo récord en las estaciones de Bahía Honda, Artemisa (36,6); Valle de Caujerí, Guantánamo (37,5); Gran Piedra, Santiago de Cuba (30,2); Guantánamo (37,4); y Pinares de Mayarí, Holguín (32,3).
Respecto a las condiciones bioclimáticas, indicaron que el sexto mes del año se caracterizó por un predominio de anomalías positivas de la temperatura efectiva en el país, donde las sensaciones térmicas predominantes por la mañana llegaron, a ser confortables, aunque en las zonas costeras se presentaron sensaciones calurosas, las cuales no son propias para ese horario.
Sin embargo, por las tardes estuvieron matizadas por sensaciones calurosas y en un gran número de áreas prevalecieron las muy calurosas, especificaron.
La cantidad de días sin vientos, subrayaron, rebasaron la cifra de 20 en gran parte de la nación, fundamentalmente en las provincias de Pinar del Río, Ciego de Ávila, Camagüey y la parte norte de Las Tunas y Holguín, mientras que las sin brisas se redujo en forma considerable.
En una comparación estadística, significaron que el índice de noches cálidas constituyó el valor más alto de la serie 1980-2020 en Camagüey (70.0 %), Las Tunas (43.3 %) y Punta Lucrecia, Holguín (46.7 %); en tanto en los días representó el segundo más cálido de todo el período en Bahía Honda (Artemisa), Punta del Este (Isla de la Juventud) y Punta Lucrecia (Holguín) con 53.3, 70.0 y 50.0 % respectivamente.
Además, en la mitad de las estaciones se reportaron las temperaturas mínimas más altas del período en cuestión, cuando alcanzó en 4 de ellas temperaturas superiores a los 28.0 ℃.
Cuba se mantuvo en junio bajo la influencia de las altas presiones subtropicales en superficie y sus precipitaciones estuvieron condicionadas por el flujo húmedo que aportó el desplazamiento de la tormenta tropical Cristóbal sobre la bahía de Campeche y el Golfo de México.
También influyó la presencia de vaguadas superiores sobre el sudeste del Golfo de México y la troposférica superior por encima de la región oriental del archipiélago cubano, así como al tránsito de bajas frías en la alta troposfera y de ondas tropicales activas por los mares al sur, ambas en interacción.
Hubo eventos de tiempo severo en el horario vespertino, entre ellos la ocurrencia de granizadas y tornados, así como el notable impacto de la capa de aire proveniente del desierto de Sahara entre los días 20 y 24 de junio, lo que contribuyó al incremento en la concentración de polvo en la atmósfera y, consecuentemente, a la disminución de la nubosidad.
Esto último favoreció una mayor incidencia de la radiación solar, lo que, en combinación con vientos variables y débiles, propició un marcado ascenso de las temperaturas máximas.
Incluso, se formaron las tormentas tropicales Cristóbal y Dolly, de ahí que, a partir de su valor climático, junio se mostró con un comportamiento más activo que lo normal.