El 2020 fue un año terrible en el suministro de materias primas para la Empresa de productos lácteos Granlac, de Granma, la de mayor gama de derivados en Cuba, explicó Luis Rafael Virelles Barreda, director general.

A decir de Virelles Barreda, este año no ha sido diferente para la industria láctea, que como el resto del país fue impactada por el Coronavirus y el recrudecimiento del bloqueo económico y comercial impuesto por el gobierno de Estados Unidos.

“Al paralizarse la economía mundial ante la covid-19, prácticamente fue imposible adquirir los volúmenes que antes recibíamos de leche en polvo para respaldar nuestros planes productivos.

“Antes de que llegara la mitad del año se nos ajustó una vez más el plan disminuyéndonos en más de cinco mil toneladas de productos que debíamos hacer y que era imposible llevar a cabo.

“Insumos como grasa vegetal, vitaminas y minerales para la elaboración de productos como el gerla y el Bebelac, elaborados únicamente en Granma, no se pudieron importar y nos vimos obligados a  buscar quién las tuviera en el  país.

A estos obstáculos se añade que la agricultura está decreciendo en ceca de cuatro millones de litros de leche.

Desde el primero de enero de 2020 ni un día la agricultura granmense cumplió el plan de entrega de leche.

Todo ello tuvo una fuerte repercusión sobre los niveles de producción y la eficiencia de la empresa. Han sido varios fenómenos de la materia prima principal y que han impacto en el surtido de aquellos productos que dependen de la leche como el helado, el queso y el yogurt.

La salvación de la industria láctea para generar volúmenes de producción física y de valores, estuvo en haber recurrido a los derivados de la soya y al uso del suero lácteo.