Los Alazanes de Granma asumen hoy el desafío más exigente de la presente campaña beisbolera, cuando enfrenten a los Leones de Industriales por el avance a las semifinales del campeonato.
Desde el 26 de enero pasado y en el estadio José Antonio Huelga, ambos elencos escenifican uno de los duelos de cuartos de final, que llega al límite de cinco partidos, luego de un abrazo a dos victorias por bando.
Vaticinar un posible ganador resulta más que arriesgado, pero un encuentro lo gana o lo pierde cualquiera, máxime, después de los guarismos casi idénticos que muestran unos y otros en los tres renglones fundamentales.
La tropa de Carlos Martí es superior en ofensiva y pitcheo, aunque por muy estrecho margen; exhibe bateo de 263, apenas dos milésimas más que sus oponentes, y sus lanzadores lo hacen para un promedio de carreras limpias de 3.25, mejor que el 3.50 de los azules.
Solo en defensa, Guillermo Carmona y sus alumnos sacan ventaja: 981 por 976, y han cometido tres errores, uno menos que los orientales.
De todos modos, lo más preocupante para los Alazanes recae en la pobre demostración de sus principales bateadores; tanto Alfredo Despaigne como Guillermo Avilés muestran rendimientos anémicos.
Despaigne, cuatro veces campeón con los Halcones de SoftBank, en la Liga japonesa, enseña 143 (14-2), con tres carreras remolcadas, dos menos que Iván Prieto, líder del conjunto. Entretanto, el inicialista Avilés 231 (13-3) no ha traído ni a un solo corredor para el home.
Si la ofensiva sigue tan discreta como hasta ahora, a los Alazanes le resultará muy difícil acceder a la próxima fase de la postemporada, al no ser que sus tiradores vuelvan a ejercer el total dominio del segundo y tercer choques, cuando propinaron sendas lechadas.
Precisamente, los principales artífices de esas blanqueadas, Lázaro Blanco y César García, estarán listos para el crucial partido; ojalá cuenten con el apoyo de sus compañeros, porque en el béisbol -como en cualquier deporte- no todos los juegos son iguales.