Las oportunidades son calvas y hay que agarrarlas por los pelos. Eso fue lo que hizo Guillermo García frente a los Vegueros de Pinar del Río, en el play off semifinal de la presente campaña beisbolera.

Inexperto en estos trajines, el talentoso jugador respondió a la confianza del alto mando de los Alazanes de Granma, luego de la notable ausencia que dejó en el line up el inicialista Guillermo Avilés.

“Siempre voy a estar listo, aunque al principio sentí presión”, confiesa el bayamés de apenas 20 años de edad, uno de los artífices en la eliminación de la nave pinareña y, por ende, en el avance de su elenco a la Gran final del campeonato.

“Pero luego me fui sintiendo mejor, en cada turno, en cada jugada, y empezaron a salir los resultados”, rememora García, autor de dos bambinazos y 10 carreras impulsadas en el duelo contra los alumnos de Alexander Urquiola.

“Tuve el apoyo del equipo y de mi familia”, reconoce y, “jugaré donde me pongan”, afirma, ante el inminente regreso a la alineación de Avilés, que avanza en su recuperación, luego de ser diagnosticado con la Covid-19.

Tal vez, en unos días, García asuma uno de los retos más exigentes en su aún corta carrera deportiva: la discusión del título de la pelota cubana, junto a sus Alazanes: “Los muchachos están muy contentos. Será la tercera final de Granma y vamos a salir a darlo todo en el terreno”, asevera.

Sin titubear, no oculta sus deseos de convertirse -en un futuro cercano- en el cuarto bate de los granmenses: “Claro que me gustaría, aunque es poco a poco, primero esto y luego vendrá lo demás”, concluyó.