Con lo que mejor saben hacer: batear, los Alazanes de Granma tomaron ventaja -tres triunfos a dos- en la semifinal que sostienen ante el equipo de Pinar del Río y, este sábado, podrían acuñar su avance a la discusión del título, en el Campeonato cubano de béisbol.
Más allá de sobresalientes demostraciones sobre el montículo, el despliegue ofensivo del conjunto ha sido determinante en el resultado parcial, luego de la pálida demostración frente a Industriales en cuartos de final.
Así lo corrobora el average colectivo de 325 (169-55) ante el afamado cuerpo pinareño de lanzadores, en el cual solo Vladimir Baños ha esquivado la furia de los bates, porque ni Erlis Casanova, ni Yaifredo Domínguez, entre otros, pudieron escapar.
Para ese staff, que deja mucho que desear, la tanda de Roel Santos, Osvaldo Abreu y Raico Santos ha resultado más que complicada. Entre los tres, promedian 418, con 23 indiscutibles, incluyendo siete dobles y un jonrón, -sin contar las 20 ocasiones que han llegado a la inicial por boleto o pelotazo-; además de 17 carreras anotadas y 16 remolcadas.
Asimismo, Guillermo García ha ido creciendo a medida que avanza el play off; el talentoso jugador es líder en impulsadas del conjunto en esta instancia, con ocho.
Y si los tiradores vueltabajeros desentonan, cómo calificar a los granmenses Lázaro Blanco y César García, indescifrables en todas sus salidas, al extremo de acumular las seis victorias del elenco en la postemporada.
El desempeño de Blanco puede escribirse con letras mayúsculas: exhibe promedio de carreras limpias (pcl) de 0.92 (29.1-3), 21 bateadores retirados por la vía de los strike y seis boletos otorgados, al tiempo que los contrarios apenas le batean para 202 (104-21). Sencillamente, ¡fabuloso!
Convertido en su complemento en la rotación abridora, García supera con creces las expectativas, luego de par de presentaciones y números similares a los del espigado yarense, como pcl de 0.69 (13.0-1) y bateo rival de 205 (44-9).
Asimismo, Leandro Martínez ha tenido buenas salidas, pero sin correr la misma suerte. A diferencia de Lázaro y César, el zurdo no ha contado con el apoyo ofensivo de sus compañeros, como le sucedió a Yoel Mojena, este miércoles.
A juzgar por lo acontecido hasta el momento, al pitcheo abridor de los Alazanes no hay nada que reprocharle; en nueve de los 10 desafíos de esta etapa ha completado las cinco entradas. De hecho, entre Blanco, García, Martínez y Mojena, suman 62 capítulos y dos tercios de actuación, para una media de 6.2. Excelente, ¿verdad?
Sin embargo, la inestabilidad de los relevistas y, en ocasiones, notables deficiencias en el juego táctico y costosos errores a la defensa, privaron a la selección de conseguir un mejor resultado, incluyendo el tope inicial contra los Leones.
En ese aspecto deben hacer énfasis tanto atletas como el cuerpo técnico que comanda Carlos Martí. Mientras menos brechas dejen, a los adversarios les costará hacer carreras y, por ende, alcanzar victorias.
Un ejemplo reciente ocurrió en el partido del miércoles, cuando la tropa de Alexander Urquiola conectó solo seis indiscutibles y aprovechando -al máximo- dos pifias, anotaron cinco carreras, suficientes para igualar el match (2-2); mientras el ataque de 12 imparables de los granmenses resultaba improductivo.
Si pretenden dar la cuarta patada y sofocar el humo de los Vegueros, los Alazanes necesitan jugar lo más exacto posible, sin equivocaciones, también atributos indispensables para imponerse en cualquier deporte.