Gómez falleció sin fortuna personal en su villa habanera, a la edad de 69 años.
Pocos días antes, su familia lo trasladó hacia La Habana procedente de Santiago de Cuba.
Delicado de salud, cumplió agotadoras jornadas de trabajo con la membresía del Partido Liberal en esa región.
Gómez se unió el ejército cubano el 14 octubre de 1868, cuatros días después del primer alzamiento de la denominada Guerra de los Diez Años, comandado por Carlos Manuel de Céspedes.
Entre sus proezas destaca la dirección de la primera carga al machete, que se convertiría en la más temible arma de los mambises.
El movimiento revolucionario contó con el aporte de un jefe militar capaz de preparar un ejército popular y aguerrido y de enfrentarse al enemigo con mayores posibilidades de triunfo.
Su incesante batallar junto a los cubanos, lo llevó a ocupar el cargo de general en jefe, el más alto de las fuerzas libertadoras, el mismo que puso en sus manos el Héroe Nacional de Cuba José Martí.