Es multifacética. Lo mismo hace de locutora en un acto de su terruño, que atiende una visita en el museo municipal de Buey Arriba, en el cual trabaja como directora desde hace dos años. Y puede vestirse de declamadora, coreógrafa de ocasión o de “actriz” en una obra de teatro.
Gusta de las manualidades, de tejer amistades y de asumir retos a la altura de las nubes, por eso aceptó – habiéndose formado como instructora de arte en la especialidad de danza y luego de enseñar a niños en varias escuelas- dirigir a 28 personas del mundo de la museología, casi todas con mucha más edad que ella.
Posee, con 28 abriles, el verbo fácil, el compromiso perenne y “el deseo de comerse el mundo”, como ella dice mientras se encamina, loma arriba, a la casa museo de La Otilia, una de las tres extensiones de la mencionada institución boyarribense.
Se nombra Adriennis Álvarez Mogena y fue merecedora, hace unos días, de la condición Jóvenes por la vida, que otorga el Buró nacional de UJC a personas destacadas en el enfrentamiento a la COVID-19. La recibió con el corazón galopando pues cree fervientemente en el resorte de los estímulos morales para el mejoramiento humano.
En tiempos de pandemia realizó pesquisas, apoyó la recogida de café, se fue a trabajos productivos en Bueycito o El Güinal, sin dejar de defender la historia desde las redes sociales, una modalidad a la que hubo de acudir por el cierre parcial de su centro laboral.
“Yo estoy donde me necesiten. Vivimos una época que requiere mucha entrega de todos, pero especialmente de los jóvenes”, reconoce esta muchacha, quien milita con orgullo en el Partido y la UJC y le fascina promover actividades patrióticas en las serranías.
Reconoce que, por la inexperiencia, la asaltó cierto temor cuando le propusieron dirigir el museo municipal, que tiene “ramificaciones” en La Otilia, Bueycito y Pata de la Mesa. “Pero poco a poco fui aprendiendo, con voluntad y estudio. Me falta mucho todavía, pero el ímpetu lo tengo y eso vale mucho”, expresa.
Graduada en 2016 con título de oro, en la especialidad de Licenciatura en Educación, Adriennis fue vicepresidenta en su municipio de la Brigada de Instructores de Arte y ha sido participante en seminarios de estudios martianos, eventos de Pedagogía, certámenes de danzón o ruedas de casino y en el congreso provincial de la Juventud, una organización que dirigió a nivel de base cuando laboraba en el Instituto Preuniversitario Vocacional en Ciencias Exactas Silberto Álvarez Aroche.
Pero toda esa vorágine no la ha apartado de sus responsabilidades como madre de Alexa Maelis, la niña de siete años que le enciende el alma si la pequeña le pregunta cuándo van a ir otra vez a las montañas o cuándo reiniciará la escuela.
Tampoco la ha distanciado de sus padres, Maritza Mogena García, trabajadora de cultura, y Alberto Álvarez Sánchez, ex lanzador del equipo de Granma de béisbol. Ellos palpitan muy orgullosos de Adriennis, de su talento y entrega, de su ternura y apego, de ser una joven ejemplar por la historia, el arte y por la vida.