La Habana-. Marino Murillo, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Vicepresidente del Consejo de Ministros, afirmó hoy en esta capital que la planificación en Cuba tiene que cambiar hacia menos administración a corto plazo y más diseño de proyección a futuro.

Al recorrer el plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030, Murillo resaltó que se debe abandonar la administración diaria y resolver los problemas estructurales de la economía, lo cual no es una tarea fácil.

Este plan de desarrollo debe concluir a fines de 2017 y ser aprobado por la Asamblea Nacional, y mostrará una visión precisa de las metas y el bienestar que se quiere alcanzar de aquí a tres lustros porque se someterá a consulta e incluirá el consenso social, acotó.

Murillo también mencionó la necesidad de armonizar las 136 políticas aprobadas en los últimos años y ratificadas en el séptimo Congreso del  PCC con esta nueva planificación, la cual establece un compromiso con el pueblo.

El Presidente de la Comisión Permanente de Implementación de los Lineamientos resaltó que no es posible dirigir una sociedad sin proyecciones estratégicas a largo plazo, ya que el corto plazo no resuelve los problemas estructurales de la economía y tiende a dedicarle tiempo a la administración de crisis.

También las normas deben quedar bien claras para todos los actores económicos, y se deben separar las funciones estatales de las empresariales, porque no necesariamente para tener control debe existir una administración directa de los ministerios, enfatizó.

Deben estar bien definidas las facultades y responsabilidades de cada cual, recalcó Murillo, y abandonar viejos modelos, tener visión a largo plazo y construir presupuesto para lo planificado.

Igualmente se debe reconocer un mercado reproductor de los valores del socialismo, aseveró.

Murillo disertó ante más de 200 delegados de varias naciones participantes en el II Taller Internacional de Auditoría, Control y Supervisión, clausurado hoy en el Palacio de Convenciones de La Habana.

A esos profesionales recordó que los pueblos esperan gobiernos eficientes y honestos, principios que Cuba tiene bien claros.