Por estos días la alegría de la Doctora Yanet Caridad Vázquez Mojena, especialista en Medicina General Integral, subdirectora del policlínico 13 de Marzo, de Bayamo, reconforta a hermanos de otras latitudes.
Hasta Angola, en el continente africano, llega su risa cristalina, esta vez ataviada de solemnidad y compromiso múltiple, porque se trata de salvar vidas, como en ocasiones anteriores, pero ante una enfermedad desconocida y altamente contagiosa que ya ha cobrado muchísimas vidas en el mundo.
La Doctora Yanet cumplió misión anteriormente en Honduras y en casualmente en Angola, pero aún así, no tuvo reparos en dar el paso al frente ante el llamado de contribuir a detener la pandemia del coronavirus COVID-19.
“El orgullo no me cabe en el pecho –dice Florencio Vázquez Liens, padre de la médico de 43 años de edad- porque mi hija mayor está cumpliendo con esta misión por su condición de revolucionaria, así soy yo también, esto que tenemos, es lo más grande para mí. Ahora se ha volcado el Gobierno cubano y todos los dirigentes para salvar al pueblo.
“Ahora está en Cabinda y muy pronto irá para Cuito Cuanavale, ¿se da cuenta? un lugar de tanta historia, donde los cubanos dejaron una huella imborrable, y ella tendrá también la oportunidad de escribir allí una página. No le teme a las tareas, por difíciles que sean. Aquí le esperamos con los brazos abiertos por el deber cumplido”.
Mientras Florencio habla, Erminda Mojena Santisteban, su esposa, entorna los ojos para ocultar la emoción que atrae discretas lágrimas.
“Tengo miedo, sí, -asegura- no lo voy a negar, aunque otras veces me he puesto muy mal porque somos muy apegadas, ahora todos los días echo mi lloradita y ella, cuando hablamos, me dice no debes temer, yo soy disciplinada y responsable para que ese virus no me contagie. No solo pido a Dios salve y proteja a mi hija, sino a todos los médicos y demás personal de la salud cubano.
“Amo a mis dos hijas, pero Yanet es tan alegre, comprensiva, preocupada por todos,… en fin, la extraño. Le gusta mucho bailar, y hacer actividades en familia. Sé que vendrá sana y salva, con una nueva experiencia, y orgullosa de haber cumplido como militante con el llamado de la Revolución”.
Reinaldo Ramírez Rosales, el esposo, es una persona de pocas palabras, pero de ojos elocuentes que corroboran su afirmación: “me enorgullece que está cumpliendo una misión de la Patria”.
La Doctora Yanet tiene asegurada la retaguardia en su cuadra de la calle 9 del reparto bayamés Camilo Cienfuegos, donde familiares y vecinos baten palmas cada noche por ella y sus colegas.