Recordó que se debe prestar una atención especial a los niños, sus familias, a las víctimas de las redes del tráfico de seres humanos y a los desplazados a por conflictos, desastres por fenómenos naturales y persecución.
Todos ellos -puntualizó- esperan que tengamos el valor de destruir el muro de esa ‘complicidad cómoda y muda’ que agrava su situación de desamparo, y pongamos en ellos nuestra atención, nuestra compasión y dedicación.
Francisco subrayó que el fenómeno migratorio tiene la dimensión transnacional del fenómeno migratorio supera las posibilidades y medios de muchos Estados, por lo que requiere de la ayuda de toda la comunidad internacional en todas sus etapas, desde el país de origen hasta el de destino, además del regreso y los tránsitos.
Advirtió que en cada uno de esos pasos, el migrante es vulnerable, se siente solo y aislado y añadió que ‘tomar conciencia de esto es de importancia capital si se quiere dar una respuesta concreta y digna a este desafío humanitario’.