Aún es muy temprano para hacer conclusiones sobre la 58 Serie Nacional de Béisbol (SNB), pero los primeros 13 partidos de los Alazanes de Granma revelan que sus peloteros y directivos deberán superar varias lagunas en el corto trayecto clasificatorio si quieren aspirar al difícil y soñado tricampeonato.
El balance adverso de cinco victorias y siete derrotas (al cierre se jugaba el último choque contra Holguín) no ha de llevar a halarse los pelos; sin embargo, nadie debería pasar por alto que los bicampeones ya han perdido tres de las cuatro subseries celebradas ante equipos de “peso mediano”, incluyendo el de los Cachorros, que habían lucido como “corderitos” en este tramo de la competencia.
Si bien el primer día los discípulos de Carlos Martí se soltaron a batear y ganaron con susto el duelo ante Las Tunas (8-7) y luego lo hicieron en un choque versus Camagüey (13-2), los maderos de los granmenses han estado demasiado fríos en este torneo.
La producción de cuadrangulares, que siempre había sido un punto fuerte de la selección, asombra esta vez por raquítica (solo tres cuando se redactaban estas líneas) y más sorprende que en tan poco tiempo hayan recibido dos espesas lechadas ante Santiago de Cuba (3-0) y Holguín (9-0).
En ambos casos enfrentaron a lanzadores imberbes, sin historial en nuestros clásicos. Además de eso, en otros dos cotejos, ante Avispas y Toros también se vieron maniatados 13-2 y 11-1, respectivamente.
Esa baja ofensiva inquieta a fanáticos y especialistas, porque como se sabía desde la arrancada de la SNB los Caballos tendrían que soltarse a batear para poder ayudar a un pitcheo inexperto y con numerosos lunares.
De cualquier manera, el gran dolor de cabeza ha sido el área de los lanzadores. Es cierto que muchos de los serpentineros no tienen “carretera”, mas si revisamos el box score de cada uno de los choques del certamen nos daremos cuenta que a ningún otro elenco lo vapulean tanto como al de Granma.
¿No cuentan las restantes selecciones con lanzadores tan noveles como los de aquí? ¿Nos contentarnos con haber recibido ya dos nocaos y otras lluvias de carreras en varios desafíos?
En los últimos dos partidos contra Camagüey, los vigentes monarcas soportaron ¡24 rayas! en apenas 14 entradas de sus rivales a la ofensiva. Y en los dos juegos iniciales vs Holguín aceptaron 23 anotaciones en 15 innings.
Algo anda mal en el establo, diría cualquier aficionado cuando analice estos guarismos de “maltrato”. Solo los técnicos poseen la capacidad para solucionar tales problemas si los atletas, por supuesto, tienen voluntad.
¿Será esa la tónica de este campeonato? ¿Se mantendrán estas sombras en los Caballos? Los aficionados esperan que no. Habría que recordar, no obstante, que este año cinco figuras principales: Roel Santos, Guillermo Avilés, Lázaro Cedeño, Carlos Benítez y Yoelkis Céspedes estuvieron ausentes de los entrenamientos por los compromisos internacionales. De seguro están cansados por su participación en la fracasada Serie triangular.
Ahora, para colmo, Roel anda con una lesión que lo mantendrá alejado del terreno algunos días y Yoelkis se resintió una vieja molestia muscular que lo ha privado de jugar.
Verdad que restan 11 subseries y que ahora seguirán los enfrentamientos con conjuntos sin aparente abolengo. Luego vendrán los “fuertes”. Pero primero habrá que ganar por cualquier vía… para que no sea tarde.
Quiero mi equipo de nuevo
El establo se ha quedado
Con penquitos resabiosos
Ya ni un corcel de los briosos
Ha luchar se ha presentado
Se pregunta ¿qué ha pasado?
¿Dónde está el equipo aquel
Que como un solo corcel
En dos patas se paraba
Y al jinete revolcaba?
¡Digan que han hecho con él!
El establo volverá a lucir el brío de antes
cuando un alazán levante a su tropa algo diesmada
y este pueblo los aclama, les valora y ve al plantel
con opciones de vencer, aunque Luján no lo crea
pronto verán las praderas a nuestros caballos trotar
de este a oeste y sin parar, aunque el cansancio les llama
una ilusión bien guardada tienen todos de vencer