En la Unidad básica Bayamo, conocida en la Ciudad Monumento como La Panificadora, las rutinas se intensifican por estos días. Las demandas aumentan al llegar el verano, y la tecnología debe estar lista para no detener las elaboraciones.
Allí se ubican las únicas fábricas de galletas dulce y sorbeto de la suroriental provincia de Granma, además, dos de las cinco que producen galletas de sal.
Miguel Rodríguez Chávez, director de la Industria Local Alimentaria, en la capital provincial, explicó que en ese combinado producen también palitroque, pinol, pan, barquillo, entre otros alimentos.
“Ya terminamos la reparación en la línea de galletas de sal, y aún damos mantenimiento a la fábrica de galleta dulce para enfrentar el verano con buenas condiciones tecnológicas. Los compromisos para esa etapa son elevados, sobre todo, cuando ocurren dos de los carnavales más grandes del territorio”, dijo Rodríguez Chávez.
El directivo agregó que la repostería en el primer trimestre del año no se cumplió por falta de materias primas, como el bicarbonato y el huevo, pero a partir de abril se ha estabilizado y aseguró que los principales recursos están garantizados.
“Para elaborar el sorbeto y la pastelería ya está en almacenes la manteca, asimismo ocurre con el bicarbonato, maicena, colorantes, sabores y otros; lo más complejo es la cobertura de harina”.
La comercialización de sus producciones es, fundamentalmente, con el Grupo empresarial de Comercio y Gastronomía y todos los días abastecen los mercados ideales del municipio, a veces, hasta más de una vez. Además, asumen pedidos de organismos, como Salud Pública y Educación.
Alrededor de ocho toneladas de sorbeto deben producir para las fiestas populares de las ciudades de Bayamo y Manzanillo, y comercializan alrededor de 22 mil barquillos diarios. En este verano persiguen fabricar 120 toneladas de galleta de sal y 40 de dulce.
La tecnología utilizada tiene muchos años de explotación, al respecto Rodríguez Chávez, explicó:
“Las líneas de barquillo y sorbeto trabajan con gas licuado y son equipos europeos con más de 30 años. Para que sigan activos es esencial la iniciativa y sagacidad del grupo de mecánicos especializados, técnicos y otros trabajadores, que hacen aquí la mayor parte de las piezas de repuesto.
“En las panaderías se encuentran los hornos chinos, con más de 10 años y sin entrada de piezas para reponer las defectuosas, por eso, el mantenimiento estable es decisivo”.
Nausbel Aguilar Bacallao, jefe de brigada en la planta de sorbeto, expresó que los 23 obreros están atentos a la calidad, que varía en dependencia de la materia prima. Agregó también que aunque las maquinarias son antiguas el esfuerzo y preocupación para repararlas es de todos.
Ante cada dificultad irán apareciendo soluciones. Lo seguro es, que en la Panificadora, saben sus responsabilidades y el compromiso con la población. Así ocurre, también, con los trabajadores de las 50 unidades productivas de la Industria Local Alimentaria, en Bayamo.