Luanda, – Angola ratificó hoy el compromiso con la protección de la biodiversidad durante las actividades por el Día Mundial del Ambiente, ocasión en que las autoridades quemaron una tonelada de marfil incautada a cazadores furtivos y traficantes.

Vamos a preservar la vida animal y patentizar el compromiso angoleño de demostrar al mundo lo que representa estar conectados a la naturaleza en tiempo de paz, expresó la ministra de Ambiente, Fátima Jardim, durante las celebraciones centrales por la fecha, en el Parque Nacional de Quizama, a unos 80 kilómetros de Luanda.

En todas las provincias y con el apoyo de la comunidad debemos combatir la caza furtiva y el tráfico transfronterizo, añadió la titular al llamar a la creación de una cultura ambiental para una convivencia más sana con el entorno.

Al referirse a la reserva, en una superficie de 960 mil hectáreas, Jardim dijo que resulta necesaria su potenciación para convertirla en una zona de placer no solo para los angoleños, sino para el mundo.

Tenemos elefantes y rinocerontes que en otras áreas están extinguidos, y por ello, debemos protegerlos.

Para el representante de la Fundación Quizama Vladimir Russo, se trata de estar cada vez más ligados a la naturaleza y brindarle mayor protección.

Los delitos ambientales, señaló, deben ser debidamente penalizados y para ello se requiere una mayor preparación del capital humano e involucrar a la comunidad en la solución de los problemas y en sus beneficios.

El representante residente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Pier Paulo Balladelli, elogió los esfuerzos del país desde la firma de la paz, en 2002, para convertir la conservación ambiental en un bien público no solo nacional, sino también internacional, porque además de angoleño es africano y de la humanidad.

Resulta halagüeño que el Ministerio del Ambiente y otros sectores gubernamentales trabajen para que la conservación sea efectiva: dotar de agua, tierra, escuelas y profesionalización de guardaparques para el desarrollo de las comunidades rurales, agregó Balladelli.

Entretanto, el gobernador de Luanda, Higino Carneiro, dijo que la capital angoleña enfrenta desafíos infraestructurales y ambientales como cualquier ciudad grande.

Eso nos obliga, continuó, a emprender acciones para preservar la flora y la fauna, mejorar la red vial y la recogida de desechos, entre otros temas que desembocan en el desarrollo.

Lo que queremos, remarcó, es convertir Angola en un ejemplo de sustentabilidad a nivel mundial.

Quizama tan cerca de una urbe de ocho millones de habitantes puede convertirse con la colaboración multisectorial en un punto de atracción para el ecoturismo, argumentó.

Bajo el lema Conectando a las personas con la naturaleza, el país africano realiza varias acciones para ganar la participación ciudadana en la conservación de los recursos naturales.

Entre las realizaciones en la materia, el Gobierno defiende la apertura de la Escuela Nacional de Fiscales (guardaparques), en la sureña provincia de Cuando Cubango, el cierre del mercado de marfil en Benfica, Luanda, y la quema de marfil capturado a traficantes.

La agenda contempla mañana la presentación del plan de acción contra la caza furtiva y la relatoría sobre el inventario de marfil.