Anita Mola: El ángel que nos guía (+fotos y audio)

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 18 mayo, 2019 |
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foto Luis Carlos Palacios Leyva

Su voz se escucha entre los muros de ladrillo y argamasa; arrulla las travesuras del niño que fuera Carlos Manuel de Céspedes y deviene eco de las inquietudes del infante que hasta los diez años de edad recorriera con bríos la mansión colonial situada en el callejón de la Burruchaga, llamado  luego de Mercaderes y hoy calle Maceo, en la Villa San Salvador de Bayamo.

Ana Regla Mola Rodríguez (Anita, como comúnmente la llaman), llegó con rostro de niña a este simbólico lugar. Allí concretó su primera experiencia laboral que data ya de 50 años al cuidado y salvaguarda de los bienes pertenecientes a aquella pomposa casa que la viera nacer primero como recepcionista, después como museóloga y conservadora.

Los orígenes de su familia, campesina y con participación en la lucha revolucionaria cubana moldearon con gracia el carácter de esta sencilla mujer; preparada, respetuosa, amable y dedicada sobremanera al oficio museográfico.

Más no siempre fue así, los inicios estuvieron marcados de desconocimiento e inmadurez, debilidades que supo allanar con dedicación y esfuerzo gracias a  María del Carmen, primera directora que tuvo dicha institución y quien le abriera sin reparo aquellas puertas.

NO SABÍA DÓNDE ESTABA METIDA

“Llegué el  30 septiembre de 1868, en el momento en que se instauraba la casa como museo. Entré siendo una niñita que no había terminado mis estudios de secundaria básica por problemas de salud.

“Por conexiones de mi padre entré a trabajar en él y me inserté en este colectivo. Por la tarde recibía clases de historia y recorría lugares con Enrique Orlando La Calle, entonces historiador de la ciudad.

“No sabía dónde estaba metida. Aprendí todo un guión para dirigir visitas. Gracias a  María del Carmen, que me fue enseñando y vinculando al conocimiento de los museos, me coordinó prácticas en el Bacardí. Cada vez que había un curso en Santiago, o conferencias, me enviaban.”

Así adquirió habilidades como adaptar el guión de una visita a 15 minutos, lograr una buena dicción, mantener la vista en el visitante, entre otros truquillos.

‘ES VERDAD, TÚ ERES LA QUE MANDA’

Una de sus experiencias más impactantes fue la visita del Comandante de la Revolución  Fidel Castro, una anécdota que Anita Mola no renuncia a dejar de contar:

“Me dijeron que venía una visita de primer nivel, yo no sabía a qué se referían. Llegó el día, 19  de diciembre de 1986. En horas de la mañana supe que se trataba de Fidel.

“Primero llegó la seguridad personal, conversó conmigo y me interrogó sobre el tiempo que duraría la visita guiada, sugirieron que no fuera lenta porque me comería a preguntas. Recuerdo que les dije: no se preocupen que me voy a montar en una bicicleta china.

“Fue una visita espectacular, a mí me emocionó muchas cosas de Fidel, en primera, ser tan llano (sinónimos de sencillo en el argot popular). Cuando le doy la cordial bienvenida, él se me adelanta y yo le digo, la exposición no comienza por ahí, y con aquella delicadeza, me dijo: ‘Es verdad, tú eres la que manda.’

Fidel durante su visita al museo casa natal Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo durante el año 1986/FOTO Rafael Martínez Arias

“La primera pregunta que me hace es de Cambula, qué edad tenía cuando confeccionó la bandera de Céspedes (17 años).

“Cuando él dice a la profesora que debía interpretar un número y ella toma el violín y comienza a tocar La Bayamesa vi a Fidel cómo se iba poniendo rojo, él que era rosado. Fue inolvidable. ¡Qué pueblo! ¡Qué cultura! ¿Tú sabes lo que es escuchar en esta casa y en Bayamo, La Bayamesa? Decía el Comandante.

La museóloga Raquel López Oduardo colocándole un sello con la bandera enarbolada por Céspedes/FOTO Rafael Martínez Arias

“Eso a mí me llenó. Yo me decía no puede ser que un hombre con tanta preocupación sea tan sensible al escuchar la primera canción romántica cubana.”

En las páginas del libro de visitantes quedó registrado para la eternidad con letra y firma de Fidel, aquella visita que duró tres horas  y 15 minutos:

Fidel Castro firma libro de visitantes en el Museo Casa Natal de Céspedes, 19 de diciembre de 1986/FOTO Rafael Martínez Arias

‘Lleno de infinitas emociones  e inolvidables impresiones me marcho de esta histórica y gloriosa casa que dio cuna al Padre de la Patria’

LA PREFESIÓN DE MUSEÓLOGO

Hace cinco décadas Anita Mola se desempeña como museóloga, una profesión que la ha permeado de saberes y emocionantes vivencias, no exenta de retos.

Nadie como ella para referirse a las cualidades que deben distinguir a un museólogo, máxime si se desempeña como guía de visitas:

“En primer lugar la educación formal, lo otro es el conocimiento de la historia, porque el que trabaja en un museo nunca termina. Cada día debe acercarse a la historia, aprender de ella, estar actualizado de todo, porque cuando uno trabaja en un lugar como este, que vienen personas de todas partes del mundo, usted no sabe qué pregunta le van a hacer y es muy triste que usted visite el museo y yo solo sepa hablar de la vida de Céspedes y no sepa decir que Bayamo se quemó el 12 de enero de 1869.

Ana Mola conduce la visita de Miguel Díaz-Canel en octubre de 2018/FOTO ACN

“Para un trabajador de museo en primer lugar es importante la educación, ese recibimiento, ese código de ontología, y después todo el conocimiento de la historia.”

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