Ponerle a la zafra, el mismo entusiasmo que se respira en la provincia de Granma por la pelota, resultaría una importante contribución para reducir al máximo las afectaciones de las lluvias en la producción cañero-azucarera.

Los trabajadores del sector, amante del béisbol, tienen como motivación especial la actuación de los Alazanes en la gran final de la 57 Serie nacional, y al igual que el equipo, pueden remontar la adversa situación climatológica de las últimas semanas.

Los agrocañeros, sin desesperarse, vienen preparando las condiciones para garantizar la molida de materia prima fresca con una estrategia, que prioriza el corte en bloques compactos.

Además, recuperan caminos, muy deteriorados, y el drenaje de los campos con los implementos disponibles, actividades que exigen de una sostenida labor y puntual ejecución en la inversión constructiva y de mantenimiento.

Reiniciados los cortes, manual y mecanizado, desde hace algunas jornadas, deben asegurar la limpieza de la caña procedente de áreas en las UEB de atención a productores del Enidio Díaz Machado, Grito de Yara, Bartolomé Masó y Arquímides Colina Antúnez.

Asimismo, aportarán los volúmenes suficientes de materia prima con el protagonismo de macheteros y operadores de la maquinaria para levantar la norma potencial y eficiencia industrial en los centrales en operación, y la calidad de la azúcar destinada a la exportación y canasta básica familiar.

No obstante, se mantienen niveles altos de humedad;   el indicador de madurez de la caña es aceptable y está la decisión en los colectivos de probar capacidad e inteligencia para revertir los atrasos y hacer la zafra eficiente.

Mas, como ocurre con el espectáculo deportivo y el desempeño de nuestros peloteros, todos los granmenses seguirán, a partir de ahora, el paso de los azucareros, a quienes a diferencia de los campeones  les ha sido esquiva la victoria durante seis campañas precedentes.

Granma vive por estos días una fiebre beisbolera y al calor de esa pasión por el pasatiempo cubano trabajará junto a los hombres y mujeres de la agroindustria azucarera para merecer el reconocimiento del país porque este debe ser otra vez, ojalá lo sea, el año de la pelota y también de la zafra.