Apasionado por las flores

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Por Juan Farrell Villa y Yasel Toledo Garnache | 3 agosto, 2015 |
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Emilio Rosales Cobiella
FOTO / Luis Carlos Palacios

Emilio Rosales Cobiella suele pasar la mayor parte de sus días entre rosas, azucenas, margaritas, gladiolos…, porque “despiertan la pasión en mí”, dice este hombre de oraciones cortas, en la finca Hermanos Rosales, de la Cooperativa de créditos y servicios (CCS) Ramón Vázquez Rabí, en Corralillo,  Guisa.

“Siempre fue un sueño tener flores, no una ni dos, sino bastante. Me dedico a esta labor, en grandes cantidades, desde hace cuatro años, junto a mis hermanos, Eduardo y José Antonio, aunque todo esto es consecuencia del esfuerzo durante casi 15”, expresa y mira a lo lejos como si intentara observar las dos caballerías de extensión.

“Hemos incrementado nuestros conocimientos sobre la atención a las plantas mediante la literatura, intercambios con otros productores y, sobre todo con la práctica, conscientes de las características del lugar. Nos complementamos, y todo fluye de maravilla”.

Cada expresión se relaciona de alguna forma con las flores: “Creo que el gusto nos viene de mi mamá. Ella las adoraba. El inicio fue de mucho sacrificio, empezamos con unas pocas margaritas, las procreamos durante el período diciembre-febrero para obtener mejores resultados, aquí el microclima es propicio. La clave es no amedentrarse ni perder el tiempo”, expresa quien alterna ese quehacer  con el de laboratorista en la Sala de terapia intensiva del Hospital Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, en turnos de 12 horas,  por las noches.

“Comercializamos con el Estado. En Guisa, tenemos dos puntos de venta, y la aceptación es favorable”.

Casi al final, nos revela algunas particularidades del trabajo con las flores: “Ellas son como niñas cuando nacen. Si no las atiendes bien, no crecen saludables.

“Este es un anhelo materializado que me da alegría,  placer y economía. Si no vengo aquí con frecuencia, me siento incómodo, porque es importante para mi existencia”.

Por modestia no dijo que hace unos días recibió la visita del Grupo nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana y que su jefe, el Doctor Adolfo Rodríguez Nodals,  hizo público el reconocimiento: “Es la mejor finca de flores en las montañas de Cuba”.

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