Buey Arriba es un municipio custodiado por montañas, y el camino para llegar a algunas comunidades rurales, se presenta escabroso.
Arroyón es uno de esos lugares distantes (aproximadamente 20 kilómetros de la cabecera municipal), y a pesar de la lejanía y las dificultades para llegar, quienes viven allí aportan a la economía, con el pensamiento puesto en el ahorro y el cuidado del medio ambiente, prioridades para la supervivencia de la humanidad.
En esa comunidad se encuentra la única despulpadora ecológica de café del municipio, que comenzó a montarse en el 2013 y en esta campaña se puso en marcha.
Luis Manuel Matos Brajes, al frente de esa instalación, refirió que hasta finales de octubre habían comprado más de dos mil latas del grano, y su plan en la actual temporada asciende a las 10 mil, aproximadamente.
“Antes trabajaba en un punto de compra, pero no se despulpaba el café en esa área. Ahora es mejor porque todo el proceso lo hacemos nosotros, respondemos y velamos por nuestro trabajo, además nos beneficia salarialmente, en ocasiones llegamos a cobrar hasta mil pesos en un mes.
“El grano que procesamos proviene de la unidad del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), y de los campesinos.
“La calidad es fundamental, por eso, antes de despulpar, debemos sacar las imperfecciones, o sea, granos verdes o demasiado maduros. Luego lo pasamos por la máquina, de ahí va al secadero, lo almacenamos cuando está listo y se envía para la industria de café y cacao en Buey Arriba.
“Aquí somos seis compañeros, y en el tiempo que no hay zafra cafetalera nos dedicamos a atender el autoconsumo y al beneficio de cacao”, refirió Matos Brajes.
Melecio Isaac Guerra, uno de los trabajadores del lugar con 26 años en labores relacionadas con el beneficio del café, dijo que esa máquina los ha beneficiado.
“Cuando se compra el producto no existe riesgo de que se fermente porque rápidamente lo despulpamos, además, es más cómodo. Desde temprano estamos aquí y a veces nos coge la noche, pues hay que esmerarse en dejar limpio el equipo para que no se dañe”.
Luis Manuel destacó el ahorro del agua y la calidad del despulpe de café como las ventajas más significativas.
Según datos de Ecured las despulpadoras tradicionales que se usan en el país consumen unos 40 litros de agua por lata de café beneficiado, y las ecológicas solo gastan entre seis y ocho.
EN BUEY ARRIBA
El desarrollo y utilización de las fuentes de energía renovables es objetivo en el territorio montañoso, según informó Ciro Miranda Estrada, quien atiende Ciencia y Técnica en la Asamblea municipal del Poder Popular.
“La construcción de plantas de biogás está entre las prioridades, por lo que ya se concluyeron 11, mientras se construyen cuatro más.
“Contamos con la tecnología y personal capacitado, gracias a cursos impartidos y el asesoramiento de la Universidad y el centro de investigación Jorge Dimitrov”, agregó.
El ahorro de energía eléctrica y el aporte para disminuir la contaminación del medio ambiente los impulsa, y entre sus proyecciones también se encuentra utilizar como otra fuente de materia prima para biodigestores, los desechos del café después del despulpe.