Cuando largue este 25 de julio, a las 12:00 am, en la ruta para damas, la pedalista granmense Arlenis Sierra Cañadilla volverá a las carreteras de una cita olímpica, como hace un lustro en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.

Ese panorama resultaba -entonces- desconocido para ella; mientras enfrentaba más de un inconveniente, incluyendo la desventaja de recorrer prácticamente sola los casi 137 kilómetros de una prueba en extremo exigente, que le deparó finalmente el puesto 28, lo mejor de una cubana en justas bajo los cinco aros.

Y en Tokio, desde la misma arrancada, en el Parque Musashinonomori, Sierra encontrará un ambiente similar, aunque como otras 25 ciclistas, andará sin acompañamiento por el Circuito internacional Fuji.

En cambio, atletas reconocidas contarán con el apoyo de sus coequiperas, mientras potencias del ciclismo mundial, dígase Alemania, Australia, Estados Unidos, Italia y Holanda, llevaron selecciones completas. Así, Arlenis volverá a rodar, entre otras, junto a la fenomenal holandesa Anna van der Breggen o a la italiana Elisa Longo, oro y bronce, respectivamente en la edición anterior.

Como si pareciera poco, ha enfrentado algunos tropiezos en los últimos meses. El accidente de marzo en pleno alistamiento, cerca de localidad de Tarzo, y la lesión que sufrió -recientemente- en un tobillo, durante la tercera etapa del Giro de Italia, ambas en esa nación europea, parecía que frustraban su sueño olímpico.

Pero la manzanillera sigue a toda biela. Nada le impedirá participar en sus segundos juegos, ni mucho menos retirarse sin intentar, al menos, superar su ubicación de Río 2016.

Por supuesto, ella no sale entre las favoritas. Pero ninguna de las restantes 66 competidoras deberá subestimarla, porque Arlenis, como muchas, hace algunos años se codea con lo más excelso de su especialidad en el mundo. Garra y clase tiene de sobra para demostrarlo.