Artífice de las ideas

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Por María Valerino San Pedro | 12 agosto, 2017 |
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Foto Rafael Martínez Arias.

Desde el mismo inicio del triunfo de la Revolución, comenzó a manifestarse uno de sus principios básicos, la solidaridad y el internacionalismo.

La Brigada Henry Reeve, o formalmente Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, surgió en agosto de 2005, cuando el huracán Katrina azotó la costa sur de Estados Unidos, causando graves afectaciones.

La brillante y humana idea es del Comandante en jefe Fidel Castro Ruz, quien brindó ayuda médica a la población afectada, ofrecimiento rechazado por el Gobierno del país norteño.

Esta brigada fue denominada “Henry Reeve”, en memoria de aquel excepcional joven combatiente norteamericano que murió luchando por la independencia de Cuba.
Pocos días después, el 19 de septiembre, queda constituida por el Líder Histórico de la Revolución una organización que hasta hoy no tiene precedentes en el orbe.

Miles de personas en el mundo recordarán este 13 de agosto, con admiración, respeto y cariño, a ese soldado de las ideas en el aniversario 91 de su nacimiento, pero en la suroriental provincia cubana de Granma, al menos dos, lo harán con el orgullo de haberlo tenido muy cerca e intercambiar con él ideas y sentimientos.

VICTOR

Víctor muestra el certificado de Reconocimiento y la foto del grupo de granmenses que luchó contra el ébola en África.Foto Rafael Martínez Arias.

Con casi 75 años de edad y 61 de trabajo ininterrumpido en el sector de la Salud, atesora como uno de sus más bellos recuerdos la constitución del “Henry Reeve”,  y el Diploma de Reconocimiento recibido, que dice de manera textual:

Por su incondicional respuesta al llamado de la Revolución para ayudar a los hermanos de los pueblos del sur de los Estados Unidos, afectados por el huracán Katrina y ustedes, generosos defensores de la salud y de la vida, vencedores del dolor y de la muerte.

“Yo en aquel momento era el jefe del departamento de Colaboración médica en el territorio y fuimos convocados para una reunión de trabajo en La Habana,  y ese mismo día azotó el huracán a Estados Unidos, entonces Fidel decide crear la brigada, de la cual éramos miembros los jefes de departamento de cada provincia, y al poco tiempo recibo este Reconocimiento firmado por ese gran hombre, fue una emoción tremenda.

“Realmente, cuando uno tenía la posibilidad de estar cerca de él, la valoración que uno hacía es de un hombre excepcional, de alguien capaz de pensar más en la humanidad que en él mismo”, dice el Licenciado en sicología y Pedagogía, técnico en Rayos X, y  funcionario del departamento de Colaboración médica para la atención al colaborador y a la familia y la brigada Henry Reeve.

“Cuando pasaron por aquí por Granma sus cenizas me costó mucho trabajo recuperarme, las lágrimas se me salieron y el dolor fue muy grande, porque son momentos duros cuando se pierde físicamente a alguien  como este Gigante, aunque esté presente y lo estará en nuestra generación y las futuras, siempre será nuestro Comandante en Jefe y el Líder Histórico de la Revolución y aquí estamos, listos a cumplir todas las tareas necesarias”.

TANIA

Tania (la segunda de izquierda a derecha) conversa con Fidel poco antes de partir a Pakistán.

Después del terremoto del 8 de octubre en Pakistán, el contingente Henry Reeve partió a ese país para brindar su ayuda.

Entre sus integrantes, Tania Cecilia Maceo Boza, técnico en microbiología en el Laboratorio clínico del policlínico Jimmy Hirtzel, de Bayamo, siente palpitar aceleradamente el corazón ante lo desconocido.

Conversar con ella sobre el asunto se torna conmovedor, pues con la afluencia de los recuerdos los ojos se humedecen y la voz se entrecorta a cada instante.

“El 12 de noviembre de 2005 –rememora- a las 10 de la noche el Comandante en Jefe se reunió con mi brigada, éramos el hospital 22, con un mapa en las manos nos explicó cómo era Pakistán, qué íbamos a hacer allí, y otros muchos detalles del viaje, hasta las  3 de la madrugada, hora en  que nos invitó a comer nuevamente.

“Íbamos caminando junto a él y de pronto se paró delante de mí y me preguntó mis generales, se interesó por si me había sucedido algo durante el ciclón de Pilón, le expliqué que ni siquiera había visitado nunca ese municipio.

“Se interesó, además, por el trabajo de Lázaro Expósito Canto como primer secretario del Partido y comenzamos a hablar sobre la Plaza de la Patria y la historia de Bayamo. Yo me atreví y le dije, Comandante desde el año 1982 no se celebra un acto nacional por el 26 de Julio en Granma, y me responde: te prometo que vamos a pensar y a valorar esa posibilidad, y efectivamente al año siguiente ganamos la sede del acto y yo, ya de regreso estuve en la primera fila de los invitados”.

Tania hace referencia a la pobreza de ese  país en el cual permaneció seis meses.

“Aún sufro por tantos niños sin familia por el terremoto, iban todos los días con nosotros al campamento, les dábamos comida, incluso intenté traer una niña a vivir conmigo acá, pero no fue posible.

“Fidel no fallaba en nada, tenía una luz muy larga y veía cosas que solamente él podía hacerlo, esa idea de crear el Henry Reeve fue brillante, muy impactante”.

 

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