Artistas pueden considerarse a los conservadores y restauradores del Patrimonio Cultural edificado, bienes muebles e inmuebles, piezas de altísimo valor histórico que celebran su día internacional el 27 de enero.

Vestuarios o accesorios, prendas, objetos personales y decorativos, muebles y documentos son tesoros en sus manos.

Nadie como ellos para valorar y cuidar la memoria de los pueblos, la cultura, las huellas de generaciones que nos antecedieron y dejaron un legado que hay que preservar.

En el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes fue por más de 35 años conservadora y restauradora la incansable Ana Regla Mola, una mujer que siente pasión por conservar la historia.

Desde los 13 años forma parte del colectivo del Primer Museo en Granma, y han pasado varias décadas en los que transitó por las salas y aprendió de maestros como Enrique Orlando Lacalle y Antonia Buitrago, entre otros muchos que ayudaron en su formación, a los que agradece eternamente.

En la última década ha sido alumna del profesor Vicente Alejandro Ortega Cedillo de la Universidad Autónoma de México, quien ha impartido numerosos cursos en Cuba.

Anita ha participado en proyectos de restauración de valiosas piezas de inmuebles como las puertas de la cochera de la casa del patriota bayamés Francisco Vicente Aguilera y la puerta principal de la Capilla La Dolorosa en la Catedral del Santísimo Salvador de Bayamo, con más de siglo y medio y más de dos siglos de antigüedad respectivamente y testigos de la quema patriótica de Bayamo el doce de enero de 1969.

Por sus manos pasaron los objetos de uso cotidiano de la familia Céspedes hasta los suelos de la colonial casa, los que enceraba y rellenaba con polvos y daba tintes y colores naturales para mantenerlos como nuevos.

Con devoción explica cómo se restauró y conservaron los restos de las calderas del ingenio Demajagua, donde asomó la clarinada de la independencia. Acaricia los viejos hierros con cariño, como si fueran objetos con vida propia.

Bayamo ha tenido la suerte de conocer también a otro gran artista y restaurador, el holguinero Jorge Luis Sánchez Betancourt, amante del arte y especial restaurador de los equipos reproductores de música surgidos a fines del siglo XIX.

Al trabajo de Jorge y su equipo, compuesto por Tania Zaldívar y otros colegas, artistas de la memoria también, se debe la vitalidad de relojes e instrumentos musicales en instituciones granmenses y holguineras, elementos decorativos y muebles del Museo de Artes Decorativas de Gibara, el Museo La Periquera en la Ciudad de los Parques y otras muchas piezas patrimoniales de las necrópolis locales que pertenecen a historias, mitos y leyendas del patrimonio inmaterial cultural de su provincia.

A ellos y todos los conservadores y restauradores, nuestra felicitación, reconocimiento, respeto y admiración por el trabajo realizado.