Naciones Unidas, – La Asamblea General de la ONU votó hoy un proyecto de resolución contra la medida de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, la cual recibió el apoyo de 128 países, 9 en contra y 35 abstenciones.
Antes de concluir el proceso de votación, la embajadora estadounidense Nikki Haley, amenazó con cortar el financiamiento a las Naciones Unidas, sus agencias y a los países que condenaron la decisión de Trump sobre Jerusalén.
Estados Unidos recordará este día en el que se le agredió en la Asamblea General, lo haremos cuando algunos vengan llamando a nuestra puerta con el objetivo de servirse de la influencia de Washington para su beneficio, o pidiendo ayuda monetaria, aseguró la diplomática.
Asimismo, aseguró que mantendrán la decisión de trasladar la embajada norteña a Jerusalén al reconocerla como capital de Israel, y ‘ninguna votación podrá cambiará eso’.
El embajador venezolano, Samuel Moncada, también en calidad de presidente del Movimiento de Países No Alineados, rechazó la decisión unilateral del presidente Donald Trump.
Tras el veto de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad permanece paralizado con respecto a este tema, denunció y condenó las acciones de Israel, que se expande cada vez más en los territorios palestinos ocupados por la fuerza.
Jerusalén es parte integral del territorio palestino, recalcó y condenó cualquier medida que lecere su estatuto.
Cualquier cambio en ese sentido carecen de base legal y constituye una violación del derecho internacional, concluyó Moncada.
Por su parte, el representante permanente de Israel ante la ONU, Danny Danon, consideró como ‘una vergüenza’ que se convocara en la Asamblea General una sesión para analizar el tema.
Jerusalén es el lugar más sagrado para el pueblo judío, es la capital de Israel y punto, expresó el diplomático.
En cambio, la mayor parte de los miembros de la ONU abogaron por una solución duradera para el conflicto palestino-israelí sobre la base del establecimiento de los dos estados, con Jerusalén como capital compartida y las fronteras previstas en 1967.
Asimismo, rechazaron las medidas unilaterales de Trump, que pueden conducir a una escalada de las confrontaciones en la región y violan el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.