El programa de producción de alimentos en el municipio de Río Cauto, de Granma, tiene dos sólidos pilares en las cooperativas de créditos y servicios (CCS) José Nemesio Figueredo y Jesús Menéndez Larrondo.
La primera mencionada está integrada por 335 campesinos, y la segunda por 130, quienes en conjunto poseen, respectivamente, dos mil 292 y 894 hectáreas de tierra, dedicadas en lo fundamental al cultivo de arroz.
Ambas recibirán sendas banderas de vanguardia nacional durante el año precedente, en ocasión de los festejos por el Día del campesino cubano y el aniversario 58 de la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria, este 17 de Mayo.
El estandarte es el reconocimiento moral al esfuerzo de sus integrantes, que en la José Nemesio Figueredo se tradujo, en 2016, en la venta al Estado de 225 mil quintales de arroz húmedo en cáscara, cantidades no despreciables de leche de vaca, miel de abeja y viandas.
A uno de sus arroceros, Félix Rivero Ríos, lo encontramos en el momento más feliz de cada cosecha: el corte de las plantaciones. Él tiene 13,42 hectárea en La Gabina. “Esto era -cuenta- monte de marabú. Hace 10 año empezamos a desbrozar el terreno y ahora produce alimentos para el pueblo”.
Tres cortadoras Laverda, de la Empresa agroindustrial de granos Fernando Echenique, siegan las espigas de sus campos, cuyo funcionamiento es seguido atentamente por el mecánico y los ayudantes, encargados de curarles cualquier avería no grave.
Una máquina empacadora recorre las áreas cosechadas y empaca la hierba quedada, para alimentar ganado.
Ilustran el quehacer de los asociados a la CCS Jesús Menéndez, los más de 70 mil quintales de arroz, productos agrícolas y conejos comercializados en el año precedente.
Además de producir alimentos, dichas CCS contribuyen al desarrollo de las comunidades en las cuales se encuentran. Ejemplo de ello es la entrega reciente, por la José Nemesio Figueredo, de dos ventiladores al consultorio del Médico de la familia (CMF) en Cauto Embarcadero, donde la cooperativa tiene su sede administrativa, y el financiamiento por la Jesús Menéndez de la construcción del CMF en Corralito, La Sal.
Sobre los equipos para contrarrestar la canícula, la doctora Sayuris Montero Caballero, dio las gracias y aseguró: “Nos ayudarán a brindar una mejor atención a los pacientes, pues aquí hace bastante calor y trabajamos hasta altas horas de la noche”.
Lisbeth Licea Calderón, enfermera del CMF de Corralito hace casi 10 años, dice que antes atendían a los pacientes en una modesta vivienda, prestada por un vecino, y resalta que el edificado por la cooperativa es funcional, confortable, con cuarto amueblado, televisor en colores, baño y cocina, para la doctora, pues ella (Lisbeth) vive en Corralito.
Junto a los de las dos cooperativas mencionadas, los campesinos riocautenses se empeñan en producir alimentos, esfuerzo que hizo acreedor a su municipio de la sede del acto central en Granma por el 17 de Mayo, Día del campesino cubano, celebrado el sábado reciente.