Baraguá, un recuento necesario

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Por Redacción La Demajagua | 15 marzo, 2021 |
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Este 15 de marzo se conmemoran 143 años de la Protesta de Baraguá, hecho que, según palabras del Apóstol José Martí, constituye uno de los actos más gloriosos de nuestra historia patria.

Se impone, pues, una breve reseña de dicho acontecimiento, a manera de modesto homenaje a sus protagonistas. El 21 de febrero de 1878, al conocer el contenido del Convenio del Zanjón, concertado 11 días antes entre el alto mando militar español y el llamado Comité del Centro,  el Mayor General Antonio Maceo y Grajales hizo saber al General Arsenio Martínez Campos su inconformidad con lo pactado; le solicitó una tregua de cuatro meses para realizar las consultas necesarias y le propuso una conferencia que tendría lugar el 15 de marzo.

En los primeros días de marzo, Maceo, aprovechando la concentración de tropas orientales en Baragua, les explicó el contenido del Pacto del Zanjón, la renuncia de la Cámara de Representantes, la formación del Comité del Centro y su claudicante actuación al firmar la paz con España, sobre bases deshonrosas y les dio a conocer que sostendría una entrevista el 15 de marzo con Martínez Campos, advirtiéndoles de la gravedad de la situación y de la necesidad de salvar la Revolución, lo que recibió la aprobación y el apoyo de todos los presentes.

A la histórica entrevista asistieron los generales Antonio Maceo y Arsenio Martínez Campos con sus respectivos estados mayores. El Gral. Martínez Campos llegó a Mangos de Baraguá conducido por José Cefí Salas y después de realizar su presentación y la de sus acompañantes, pronunció breves palabras de introducción a la conferencia. Por su parte, el Gral. Maceo presentó a sus acompañantes y de inmediato comunicó a Martínez Campos que no estaban de acuerdo con el pacto firmado, ya que con el mismo no se lograba la independencia de Cuba, ni la abolición de la esclavitud.

Posteriormente hablaron el Gral. Manuel Calvar y el doctor Figueredo, quienes reforzaron los planteamientos hechos por Maceo. Seguidamente Martínez Campos replicó: “Pero es que ustedes no conocen las bases del convenio del Zanjón”. “Sí –interrumpió Maceo– y porque las conocemos es que no estamos de acuerdo”. Martínez Campos trató de leer el documento, pero Maceo no se lo permitió al plantearle: “Guarde usted ese documento; que no queremos saber de él”.

Como resultado de la conferencia, se acordó que volverían a romperse las hostilidades y se estableció para ello un plazo de ocho días con el fin de que las tropas ocuparan los territorios designados. En cubanísimo y patriótico gesto, el Capitán del Regimiento de Infantería de Cambute, Fulgencio Duarte, que había presenciado la entrevista, exclamó: “¡Muchachos, el 23 se rompe el corojo!”.

Una vez terminada la histórica entrevista, los participantes, en representación del pueblo cubano elaboraron y aprobaron una breve constitución y formaron el Gobierno provisional de Oriente, para continuar la lucha por la independencia de Cuba. Aunque en el campo militar la guerra estaba prácticamente perdida, ya que el desorden, la indisciplina y el desánimo habían cundido en gran parte de las tropas insurrectas, y España había concentrado una fuerza militar totalmente desproporcionada en el Oriente de la Isla, para aplastar la resistencia de los cubanos intransigentes, en la famosa entrevista de Maceo y Martínez Campos se salvó el honor de la revolución en Cuba, al dejar sentada la decisión irrevocable de continuar la lucha hasta el logro de la independencia.

Es sintomático que en Baraguá acompañaran a Maceo un grupo de selectos oficiales mambises, de los más aguerridos y prestigiosos, entre los que se cuentan  algunos alzados desde octubre de 1868, como los casos de Manuel Titá Calvar y Vicente García. Por su parte, el malhadado Comité claudicador estuvo integrado por algunos de los más tibios sublevados, incluyendo algunos de los que habían participado en la funesta destitución del Presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, algunos años antes; como el caso de Juan Bautista Spotorno.

No fue casualidad: simplemente, la historia delimitó los campos, dejando la gloria para los verdaderos revolucionarios, y echando  los pusilánimes al olvido.

* Yaima Montero Cabrera , comunicadora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Bayamo.

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