El nuevo año nos saluda impasible, los días transcurrieron y aquí estamos nuevamente; en el comienzo, del que pretendemos, sea un mejor período en nuestra existencia.
Atrás dejamos las malas vibras, los rencores; al menos en estas fechas en donde anhelamos la felicidad absoluta. Hacemos espacio para nuevos triunfos, objetivos. A partir de hoy tenemos 365 oportunidades que deseamos aprovechar.
Siempre nos trazamos metas: bajar de peso, trabajar más, hacer aquel viaje que dejamos pendiente, comprar aquello que no pudimos. Estamos llenos de expectativas y ansias de vivir.
Al menos este día nos sentimos plenos, tenemos presente a las personas más importantes para cada uno. Nos reencontramos con viejos amigos o con la familia que hacía algún tiempo no veíamos.
Los recuerdos nos invaden; lo que fue, lo que es y lo que pudo haber sido nos da vueltas en la cabeza. Nos prometemos que no caeremos en los mismos errores y si pasamos por un mal momento lograremos superarlo.
Estamos listos para esta nueva etapa, sin saber que nos depara, igual le damos el frente. Juramos mantener el entusiasmo y las ganas de hacer. Repetimos una y mil veces “este va a ser mi año”. Por eso 2020, te devolvemos el saludo y te decimos: ¡Bienvenido!