El frondoso bigote cae en la comisura de sus labios. Lleva el gorro apretado a la nuca y en su vestimenta se advierten salpicaduras de sangre aún frescas.
Minutos antes, Justo Pérez Castro, trabajador de la Unidad Empresarial de Base (UEB) cárnica Inocencio Black Wood, de Niquero, había cortado de un tajo la vida de una que otra res.
Él labora en el área de sacrificio, allí se desempeña como puñalero y operador del gϋinche.
Tres décadas de experiencia corren por sus vigorosos brazos. Es tal su habilidad que demora apenas dos y tres minutos en desmontar el pecho, la pierna o la paleta del animal.
Prefiere el deshuese, sin embargo, rota por otras áreas para nutrir con su sapiencia a los jóvenes. Justo Pérez Castro es el trabajador con mejor resultado en la recolección de sangre, un oficio que requiere de entrega.
Su faena se resume en regar con agua el animal e higienizar el área de la yugular, por donde debe imprimir, con precisión, la puñalada. Al instante, brota el vital líquido que debe acopiar cautelosamente en un recipiente.
Esta UEB cárnica, recalca Mardibel Ponce Fuentes, secretaria de la sección sindical hace 25 años, es la mejor en Cuba en la obtención de sangre, líquido usado para procesar morcilla y embutidos rojos.
“Si uno no le pone amor a este oficio desestima el valor de la sangre; si no adoptas las medidas higiénicas te arriesgas a que la descomiden y perderíamos esas elaboraciones. Es digamos, el producto más noble del cárnico, sin embargo, genera muchas producciones”, refiere la fundadora.
Alexis Laera Segura, su director, explica que la unidad asume el sacrificio de ganado mayor, porcino y la comercialización para la entrega de la canasta básica y los organismos priorizados. Ellos producen derivados a partir de las materias primas para vender al polo turístico.
“En aras de acercar los productos al proveedor, vendemos a los polos turístico Marea del portillo y Farallón del Caribe, a las Tiendas Recaudadoras de Divisa de Media Luna, Pilón y Niquero, y a los organismos que compran en moneda libremente convertible (CUC).
“A estos expendemos carne de res de primera, segunda, deshuesada, bola, cañada, filete; lomo con y sin hueso, derivados ahumados, picadillo de res puro, de primera, segunda, embutidos y otros”, añade Laera Segura.
“Los indicadores económicos se sobre cumplen. La producción mercantil está al 143 por ciento. Este año asumimos con igual fuerza laboral y esta tecnología de más de 30 años, producciones de la canasta básica y de algunos organismos de Manzanillo y Campechuela.
“Aportamos 95 mil 583 pesos al municipio para su desarrollo local y cumplimos a más del 80 por ciento lo que compete a la población. En tales condiciones arribamos al Día de la Rebeldía Nacional, este 26 de Julio”, añade Laera Segura.
De la consagración laboral de sus 98 trabajadores, 21 de los cuales son mujeres, habla esta jornada en que con problemas en la turbina, una TH-8 de más de 35 años, transportaban agua mediante una pipa para no silenciar las producciones.
Francisco Granado Fernández, Especialista C en gestión de los recursos humanos, expone que el accionar de los innovadores se centra en mantener los pálpitos de la industria y el transporte.
Gracias a ellos, aún funciona la máquina de hacer croquetas, una Century americana de 1940 a la que por cierto, de americana le quedará solo el nombre.
Despunta también un trabajo de conjunto con el Minaz de Niquero por retribuir la vida útil del cepo, donde se sacrifican reses, cerdos; y se esfuerzan por montar la depiladora para cerdos, con esta se pondría punto final a esta faena netamente manual y duplicarían los sacrificios.
Tales derroteros centran la cotidianidad de la UEB cárnica Inocencio Black Wood, de Niquero. Un colectivo que no depone sus brazos ante la agotadora jornada y el inclemente sol, mas se empeña en extraerle al día, sus jugosos dividendos.