Mi padre se escondió dentro de una tarde
un lunes demasiado duro
Iba con las venas perdidas
y la respiración huracanada
Me lo había avisado tantas veces
que no le creí el día concluyente,
Qué puedo escribirle ahora; qué decirle
si él, aun en agonía, me vio tratando de encontrar
el rocío para sus labios y su alma.
Mi padre ya no está en el portal de mi sonrisa
su paso corto y rápido
se fue extinguiendo en la rigidez de un balance
en la parálisis que me hacía llorar
a escondidas
pero yo lo recuerdo cada día de otro modo
acunando bromas y caprichos
hecho latido dentro de mi historia
Mi padre se marchó
acaso para recordarme
cuánta falta me hacían sus resabios
o para tocarme en la distancia
con la magia de su dedo mutilado…
Mi padre se escondió dentro de junio
y yo lo seguiré buscando este domingo
un martes, un jueves, el tiempo todo.