Camilo Cienfuegos, uno de los hombres que inició la última contienda independentista en Cuba junto a Fidel, Raúl y el Che dedicó los días finales de su vida, a liquidar y denunciar el complot promovido por el traidor Hubert Matos en Camagüey.
Viaja varias veces a esta ciudad para dejar claro todas las secuelas que ha dejado la ingratitud cometida por este inescrupuloso hombre. En horas tempranas del día 28 de octubre de 1959 se dispone a volar de nuevo hacia el mismo destino, su propósito: concluir detalles vinculados al desempeño del nuevo cuadro de mando nombrado por él en la provincia.
Regresar ese mismo día en horas de la tarde a la ciudad de La Habana para continuar su incesante batallar era su pensamiento.
Luego de dejar instalado un nuevo hombre al mando en Camagüey con todas las orientaciones precisas, a las seis y un minuto de la tarde el Comandante de la amplia sonrisa parte del aeropuerto Ignacio Agramonte, a bordo de un Cessna 310 C, de color rojo y blanco, identificado como FAR-53.
Pasa el tiempo y la nave no llega a su destino. Hace 60 años de este fatídico día.
Durante dos semanas, fuerzas aéreas y navales mantuvieron una perenne búsqueda sin encontrar rastro alguno. La avioneta bimotor desapareció en medio de una tormenta.
Toda Cuba está pendiente de las operaciones aéreas y navales que rastrean cada palmo de tierra y agua de nuestra Isla, en busca de algún indicio que pudiera aclarar el probable destino del comandante Camilo.
Camilo tenía el cariño y la admiración de su pueblo; una búsqueda incesante durante once días ocupo todo el espacio de Cuba, hasta que, con mucho pesar, hubo que aceptar su desaparición definitiva.
A partir de entonces, cada 28 de octubre la población cubana siempre tiene en sus manos una flor para arrojarla al mar o a las aguas de los ríos, los arroyos, un lago en memoria al hombre de la sonrisa amplia y el Sombrero Alón, aquel que en la batalla de Yaguajay y “El Comandante del Pueblo
“En el pueblo hay muchos Camilos” -dijo Fidel al confirmar su pérdida definitiva – “Y Camilo seguirá viviendo en otros hombres como él, seguirá viviendo en los hombres que se inspiren en él. Porque lo único que nosotros podemos pedirle a nuestro pueblo es que, cada vez que la patria se encuentre en una situación difícil, en un momento de peligro, se acuerde de Camilo y cada vez que nuestros compatriotas vean que el camino es largo y difícil se acuerden de Camilo, de lo que hizo, de cómo nunca perdió la fe en los instantes más difíciles y cómo supo hacer grandes proezas”.