Hay quienes tienen impregnada en el alma el espíritu de su pueblo, y ello lo vuelcan permanentemente en su obra. Un ejemplo de lo antes expuesto es Andrés Araujo Guisado, quien comenzó a cantar a los siete años de edad.

Su primer composición fue Te invito a conocer Bayamo, la cual tocaba en su pequeña guitarra y desde entonces todas sus creaciones guardan relación con la ciudad monumento: “No sé lo que me pasa pero tengo impregnado el espítiru de Bayamo, por eso en mis creaciones siempre está presente.

“Mis presentaciones musicales comenzaron en la escuela primaria y luego me llevaron a la Escuela de Música e ingresé en la modalidad de guitarra, en la cual tuve grandes profesores”.

La carrera artística comienza en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en una unidad militar, donde fundó el grupo Centinela, gracias al cual participó en festivales de aficionados.

“Cuando termino mi estancia en las FAR entro al Colectivo Teatral Granma como trovador y asesor musical. Ahí estuve mucho tiempo ayudando a enriquecer el quehacer musical del grupo con varios géneros.

“Soy fundador de la nueva trova en Bayamo y tengo como costumbre componer  los temas que interpreto,  que son una cantidad considerable.

“En la adolescencia me acerqué a disímiles trovadores de la ciudad, quienes me orientaron, enseñaron a proyectarme y a hacer las cosas mejor.

“Soy un  afortunado, porque soy amigo de Pablo Milanés y he cantado con él. De esa personalidad de nuestra cultura he recibido varios consejos, los cuales he tenido presente porque la trova es para mí una joya y una gran escuela”.

A pesar de su carácter noble y afable Araujo Guisado se considera como un creador inquieto, porque nunca descansa y siempre esta haciendo más y más música. Su mayor anhelo profesional es que el pueblo lo recuerde como parte suya.

Entre lo  más impactantes de su carrera destaca la posibilidad de ver  como internacionalmente la música cubana se entiende y se asimila de lo mejor: “Muestra de ello son mis canciones, las cuales han interpretado artistas foráneos como Vladimir Lozano y el grupo Mocedades, este último incluyó en su repertorio la Canción de la esperanza.

“Ahora estoy enfrascado en un grupo humorístico musical llamado Enhorabuena tropical show, el cual me tiene muy motivado.

“A los nuevos trovadores les aconsejo trabajar y ensayar mucho para lograr la perfección”.

Sus incursiones artísticas también lo han llevado al género infantil, en el cual ha obtenido varios lauros, pero entre los galardones recibidos en su vida el Premio Bayamo 2016 lo ha marcado significativamente: “Es el mayor galardón recibido por lo que representa la ciudad de los coches para mí, una ciudad que siempre llevaré en el corazón”.

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