Investigadores de las provincias de Granma, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana trabajan en la elaboración del expediente y el acopio de pruebas y argumentos para declarar al casabe como Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación cubana, por formar parte de la riqueza cultural alimentaria de la Mayor de las Antillas desde la época precolombina.
La información la suministra la Licenciada Isabel Rodríguez Elías (Chavela) del Centro Provincial de Casas de Cultura en Santiago de Cuba, entusiasta de la idea y estudiosa del patrimonio cultural inmaterial de la isla.
En Santiago de Cuba un fuerte movimiento investigativo se articula en torno al casabe, donde se produce y consume mayormente en los municipios de Contramaestre y Palma Soriano, aunque es un alimento que gusta en toda la región.
Cuenta Chavela, que la propuesta está hecha hace dos años por el Licenciado Alfredo Lima del Centro Provincial de Casas de Cultura en Camagüey, provincia del centro de la isla donde declaran que más se produce y consumen las tortas que provienen de la cocina aborigen.
Lo cierto es que también participa en la confección del expediente el granmense Michel Aliaga Hung, ahora como metodólogo nacional de Casas de Cultura para el patrimonio cultural inmaterial en La Habana, convencido y conocedor de las producciones artesanales de las familias que en Jiguaní y el Padrón en Bayamo se dedican a fabricar estas gustadas tortas que sobreviven a la competencia de la comida chatarra actual.
Pan de indios o casabe es una torta hecha a base de harina de yuca agria, tostada, que constituyó el principal alimento de las poblaciones aborígenes en el Caribe. Gracias a este alimento los tainos pudieron expandirse por el Caribe insular y después de la conquista ibérica llegó al viejo mundo pues el casabe se convirtió en provisión imprescindible en las naves españolas.
Lo más asombroso del casabe es su origen pues la materia prima fundamental es la yuca amarga, una especie vegetal venenosa para humanos y animales, a los que los indios le extraían el tóxico presionando la raíz después de rayarla hasta convertirla en una masa arenosa, la que juntan con las manos y cuecen a altas temperaturas en una plancha llamada burén.
A través de los siglos este alimento tan peculiar no ha perdido su vigencia en la mesa, si bien se produce de manera artesanal por familias o grupos familiares donde se acendra la tradición por centurias siguen conociéndolo las nuevas generaciones de cubanos e incorporándolo a la mesa cotidina.
Casaaaaaabe….es uno de los pregones más populares que se escucha en las ciudades de Bayamo, Camagüey, Palma, Contramaestre, y pueblos aledaños. Doy fe de que también se consume en la zona norte oriental, en la populosa ciudad de los parques: Holguín.
Aunque es muy buscado para fechas como Navidad y Fin de año como inseparable compañero del puerco asado, las tortas se consumen durante todo el año en desayunos, almuerzos y cenas, restaurantes como el Mesón La cuchipapa en Bayamo lo ofertan como complemento el plato insignia: el ajiaco bayamés o como elemento principal en preparaciones con carnes y pescado.
El casabe se come solo o acompañado de salsas, huevos, vegetales, ligeramente humedecido es agradable al paladar o simplemente como torta crujiente, según el gusto del consumidor.
Lo cierto es que en Cuba no se espera que falte el pan para consumir el casabe, es un alimento más en la mesa del cubano, que bien merece tener esa categoría intangible pero honrosa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación, con el que se honraría la inteligencia de nuestros ancestros y la persistencia del criollo en su producción y sostenimiento de esta nutritiva tradición.
pudieran haber puesto la receta
cuando comenzaron a trazarse estrategias a raíz de los productos escasos como la harina se divulgo que se iba a vender casabe para aliviar el déficit de pan y en manzanillo no se vio ni una torta tan sabroso que es solo esperamos que se vea mas y no solo en los dias de fin de año.saludos