Bayamo, -Hacer las cosas bien y demostrar que sí se puede es la filosofía del cubano Humberto Labrada Pérez, quien no escatima tiempo ni esfuerzos para consolidar el primer proyecto de ceba de pollos en el sector cooperativo y campesino de la oriental provincia de Granma.
Con financiamiento nacional y foráneo, y tras dos años de duro bregar, en lo que va del actual 2020 exhibe como resultados un peso promedio entre 1,7 y hasta 2,13 kilogramos por animal, y más de 17 toneladas de carne vendidas a la Empresa Avícola del territorio.
La faena demanda muchas horas de dedicación y trabajo, porque la crianza de aves es un proceso rápido, pero intenso y muy técnico, declaró.
No obstante, esta modalidad productiva siempre resultará más barata y provechosa al país que la importación, y además nosotros entregamos el pollo fresco y entero.
En la finca Bella Aurora, que antes fue un terreno ocioso e infestado de marabú, destacan ahora cuatro naves con capacidad para 24 mil aves, así como una planta de incubación y un matadero, pues las aspiraciones incluyen obtener pies de cría propios y cerrar el ciclo llevando sus productos hasta el mercado.
Para ello contamos con la tecnología necesaria, como cámaras frías, nevera de exhibición y máquina para asar, destacó el campesino asociado a la cooperativa de créditos y servicios Niceto Pérez, del municipio de Bayamo.
El futuro –dijo- también implica sembrar maíz para aportar al balance de alimentos destinados a las camadas, y por ello constituye una regla de trabajo que los obreros aprendan y ejecuten las distintas tareas técnicas y de aseguramiento al ciclo productivo.
Pero aún falta mucho por hacer, reconoce Labrada Pérez, y entre las tareas enumera el filtro sanitario y un aula de capacitación, esta última para transmitir sus experiencias a otros productores de la provincia.
Cuando acumulaba cuatro décadas de trabajo en entidades estatales, Humberto cumplió el viejo sueño de dedicarse al campo, y a los 70 años de edad defiende como convicción que, cada día de su vida, un revolucionario debe hacer algo en beneficio de la sociedad.
Uno no puede estar simplemente sentado, sin hacer nada, diciendo que ama a la Revolución, aseveró quien junto a la ceba de pollos produce y comercializa plátano, frijol, yuca y unas tres variedades de frutas.
Por eso su horario de descanso es cuando el sueño lo venza, porque tiene la certeza de que todavía puede aportar más al bienestar y la satisfacción de las necesidades del pueblo.
Ese reto se acrecienta en la actualidad, cuando la pandemia de la Covid-19 nos ha impuesto un reto excepcional, sobre todo a los campesinos, pues en nuestras manos está gran parte de la responsabilidad de garantizar los alimentos para la mesa del cubano, agregó.