El grupo de teatro callejero Andante, que sobresale por el trabajo comunitario y calidad artística de las propuestas, celebra, en Bayamo, sus 25 años con la jornada Parada teatral, en la que confluyen grupos de lujo de Cuba y otras latitudes.

Talleres, actuaciones, intercambios con la crítica especializada, clases magistrales y el estreno de un documental de la Televisión Serrana, dedicado al intenso quehacer del grupo anfitrión, figuran en el programa que se extiende hasta el próximo miércoles.

Desde el viernes último Batida teatro, de Dinamarca; Luz de Luna, de Bogotá, y Casa naranja, de Cali, ambos de Colombia; Teatro Tuyo, de Las Tunas; los grupos Guiñol de Holguín y de Guantánamo, y el proyecto La chimenea, de Santiago de Cuba, junto a agrupaciones locales se unen a los festejos con funciones en el Teatro Bayamo, 10 de Octubre, y en la sede de Andante.

De Argentina, asiste la maestra Edith Echer, quien imparte todos los días el taller Teatro de vecinos, una experiencia que precisa de la participación popular.

Como parte de la cita, Omar Valiño, director de la Revista Tablas, los colectivos invitados y otros críticos participan en una sesión teórica en la que disertarán sobre la estética callejera, la titiritera, y las diversas variantes creativas seguidas por Andante en estos 25 años, bajo la dirección de Juan González Fiffe.

El grupo Caricare, de Holguín, y el cómico Víctor José Rojas Hernández, con su personaje el primo de Guisa, confieren pinceladas humorísticas a la jornada que, además, ofrece clases magistrales y actuaciones en la Escuela profesional de Arte Manuel Muñoz Cedeño.

Este año, en reconocimiento al impacto y labor de Andante, varios eventos de prestigio en el  panorama teatral cubano, como la Cruzada teatral Guantánamo-Baracoa y el Taller internacional de títeres de Matanzas se han sumado a la celebración.

El núcleo del grupo de teatro callejero Andante surge en el año 1987, dirigido porJuan González Fiffe  en la antigua escuela de Instructores de Arte El Yarey, de Granma,  pero es en 1991, cuando se aprueba en el Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

A partir de este momento  el colectivo perfila una línea artística hacia un teatro que investiga patrones culturales de la tradición local y los fusiona con las mejores expresiones del teatro contemporáneo con el objetivo de llegar a comunidades, plazas, áreas deportivas, círculos sociales, escuelas y comunidades intrincadas.

La mayoría de sus presentaciones nacen del trabajo colectivo y mezclan el uso de técnicas titiriteras, la narración oral, y la música en vivo.