En la Conferencia Mundial de Robots que ha tenido lugar recientemente en Pekín, ingenieros chinos han presentado tres robots capaces de reconocer y desactivar pequeños artefactos explosivos y realizar ataques.
Se trata de robots de tamaño de juguete. Las máquinas pueden coordinarse entre sí en el campo de batalla. El primer ejemplar es un robot de reconocimiento, capaz de detectar elementos químicos o explosivos, y transmitir la información a los centros de gestión para el análisis. En caso de detección de un objeto peligroso, el segundo robot, hecho de aleación de aluminio y plástico industrial, desactivaría los explosivos.
“Con las amenazas más peligrosas, un robot atacante se lanzaría al combate equipado con armas de pequeño calibre, rifles sin retroceso y lanzadores de granadas”, explica Wu Yanpeng, ingeniero del Grupo Robot HIT, a la agencia Xinhua. “Con un telescopio de observación, un gatillo y un seguro instalados, el ‘atacante’ puede alcanzar sus objetivos con exactitud”, añade.
Además, según los diseñadores, aparte de realizar operaciones antiterroristas, los robots podrían ayudar en la vida cotidiana en la lucha contra incendios, la seguridad pública e incluso en la agricultura. El precio de las innovaciones se estima en 1,5 millones de yuanes (unos 230.000 dólares).