La Empresa agroindustrial de granos Fernando Echenique, mayor productora de arroz en Cuba, cuenta con un Centro de Reproducción de Entomófagos y Entopatógenos (Cree), ubicado en Las Tamaras, en las afueras de Bayamo.

Su colectivo, integrado por trabajadores y técnicos,  hacen sostenible la producción de medios biológicos para asistir, de manera gradual, a las hectáreas plantadas del cereal durante las campañas de primavera y frío.

Arturo Denis González Fonseca, especialista principal de la Fernando Echenique, calificó de favorables los resultados del Cree que reporta ahorros en lo económico al país y sustituye importaciones de productos químicos, deficitarios a causa de las afectaciones del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos contra  la Mayor de las Antillas.

González Fonseca informó que gracias a esta labor en el actual año han podido proteger de plagas y enfermedades a más de seis mil 800 hectáreas con el uso de los productos de Trichoderma y el Metarhizium, aún insuficientes para cubrir todo el programa de siembra.

“Nosotros por cada hectárea que protegemos con productos biológicos ahorramos un promedio de dos dólares, en el caso de los insecticidas, y con los fungicidas unos 6,8 dólares, al emplear los biopreparados.

“El objetivo es seguir incrementando la producción de estos para reducir los químicos, que generan problemas medioambientales. Además, con la ampliación de capacidad del local y una nueva línea, aumentar hasta un 25 por ciento los biológicos, para evitar la contaminación”, enfatizó.

Sobeida Gutiérrez del Toro, al frente de la unidad,  recordó que hace más de dos años,  alcanzaban 2,5 toneladas y hoy el crecimiento es de cinco toneladas mensual, como resultado de una innovación en las denominadas cazuelas, que contiene el material a esterilizar en las máquinas (autoclaves),  lo cual facilitó aumentar la producción y ahorrar energía eléctrica.

Hasta la fecha tienen ingresos superiores a un millón 200 mil pesos y 75 toneladas de bioproductos listos para su comercialización.

Gutiérrez del Toro destacó que a pesar de la Covid-19 no han parado el trabajo y felizmente ninguna persona del centro se contagió, porque aquí hay un hábito de siempre, en el uso de los medios y las medidas de protección.

Explicó que el Trichoderma es un hongo agroecológico que al aplicarse permite a la planta absorber con mayor facilidad los nutrientes del suelo; y el Metarhizium, un insecticida que no solo es para beneficiar la espiga, sino a los cultivos varios y las vegas tabacaleras.

Detalló que la inversión prevista, en otra etapa, espera comenzarla antes de terminar el año, en la segunda planta del edificio, para disponer de tres líneas de producción y hacer un manejo integrado de plagas con un controlador biológico completo de los insectos.

La profesional, fundadora del centro, valoró que la introducción de estos medios ha contribuido al mejoramiento de los campos en su conservación y la consolidación de los conocimientos que redundan en la calidad del objeto social en función del desarrollo agrícola.

“Somos un Cree de lucha biológica de referencia  nacional, de notables aportes en Granma, que reproducimos a gran escala otras cepas procedentes del laboratorio provincial”, recalcó.

Anexo a la edificación se erige una hectárea como área demostrativa de la potencialidad en las siembras de las diferentes variedades de plátanos, intercalado con ajíes chay, habichuelas, pepinos y guayabas, atendidas con medios biológicos, cuyas cosechas las venden online y les sirve para el autoabastecimiento alimentario.

Esta unidad, centro de costo, avanza en el proceso de desarrollo e innovación, indicador que trabaja la empresa para alcanzar la categoría de alta tecnología  en el 2025.

Se conoció que la entidad ha tratado, al cierre de septiembre, con productos, como la Beauveria bassiana,  Bacillus thuringiensis, entre otros, adquiridos también en Cree granmenses, un total de 10 mil 331. 45 hectáreas.

Protagonismo

Hombres y mujeres con alto sentido de pertenencia  enfrentan y vencen las dificultades y ponen sus conocimientos científicos en función de la producción de alimentos.

La ingeniera agrónoma Rossana Núñez Lambert  cumple su adiestramiento desde enero último  y dice que aprende muchísimo en el empeño de preservar la naturaleza.

“El proceso productivo tiene su complejidad, requiere de cuidados y responsabilidad, pero es bonito; reproducir los hongos con calidad y que los agricultores conozcan las ventajas y apliquen estos productos, es nuestra máxima.

“La experiencia es muy rica, lleva estudio de cómo  hacer más eficiente y racional la utilización de la energía, agua y cabecilla de arroz.

“Me gustaría quedarme aquí, es un lugar donde se respira un ambiente familiar, con  una  instalación confortable y conservada”, resaltó la joven bayamesa, residente en el reparto Pedro Pompa y egresada de la Universidad de Granma.

Mientras, el experimentado ingeniero Luis Acosta   Serrano asume la tarea de esterilización y habla con pasión del salto cualitativo con la innovación realizada  en la cazuela, la que continuarán perfeccionando.

Acosta Serrano señaló que se ha hecho mecánico, está  innovando constantemente para resolver los problemas, porque las máquinas no se pueden parar.

“Uno se siente estimulado, es un trabajo fuerte y sudamos bastante, pero defendemos, sobre todo, producir con calidad”.