Con el nombre de ‘Pinta la paz, siembra la vida’, la iniciativa persigue contribuir a la restauración de ese escenario, mayor formación montañosa litoral del planeta, castigada por sucesivos incendios forestales y la acción del hombre, precisó el portal digital El Espectador.
La Sierra Nevada de Santa Marta, la cual alcanza una altura de cinco mil 775 metros en sus picos nevados, abriga a la legendaria ciudad perdida, construida milenios atrás por los indígenas Tayronas.
Según expertos, la tala indiscriminada es uno de los flagelos que azotan a ese privilegiado paraje, el cual conserva apenas el 11 por ciento de su cobertura vegetal nativa, así como la expansión del turismo junto al accionar de cárteles de la droga.
El deshielo de sus cumbres por los efectos del acelerado cambio climático, preocupa también a ecologistas y a los grupos aborígenes del lugar, entre los que sobresalen también los wiwas, arhuacos y kankuamos, esos últimos casi exterminados por grupos paramilitares.
Tal idea pretende convertirse en un símbolo de reparación frente a los daños ocasionados a nuestro entorno, manifestaron organizadores del proyecto.
La llamada ciudad perdida fue descubierta en 1976 por un equipo de arqueólogos del Instituto Colombiano de Antropología.
Sin embargo miembros de las tribus locales afirman que estuvieron en ese sitio antes, pero habían guardado silencio al respecto.
Arhuacos, koguis y wiwas, creen que fue el corazón de una red de aldeas habitadas por sus antepasados.