26 de Julio del 2006. Plaza de la Patria, de Bayamo, Granma. Todo allí era silencio, hasta que se hizo presente ese hombre que tiene elevada estatura, y digo tiene, porque nunca podremos hablar de él en pasado; entra, busca con la mirada, y levanta la mano para responder al pueblo que ya enardecía al advertir su presencia.

Así reseña Ángela Valdés García, por muchos años sagaz redactora reportera de La Demajagua, aquella mañana preciosa, de sol tenue, briza suave y acentuado brillo en el blanco, azul y verde del cielo y la naturaleza, en que los granmenses tuvimos el privilegio de compartir con nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la celebración central nacional por el  aniversario 53 de los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.

“Fue impresionante la multitud, y la manera en que habló, con la precisión de un profeta, de los programas de la Revolución que había inaugurado aquí mismo, cuatro años antes, los cuales en mi criterio le impactaron, y cuyos resultados expuso en ese acto por el 26 de Julio.

REMEMBRANZA

No tengo que exagerar nada, porque las cosas que aquí señalo son difíciles de creer, dijo al respecto el líder cubano.

“El Programa de Introducción de la Computación en la enseñanza primaria, anunciado en una escuela de Pilón -diría que en una escuelita de Pilón-, con solo 18 alumnos, y una computadora alimentada por sistema fotovoltaico, cuatro años después beneficia a 74 mil 374 alumnos de primaria con dos mil 021 computadoras.

“El Programa Audiovisual en la provincia para la enseñanza primaria y secundaria cuenta ya con siete mil 460 televisores, tres mil 581 videos y cinco mil 054 computadoras.  Están electrificadas con celdas fotovoltaicas -los llamados paneles solares- 485 escuelas donde no había electricidad -esas escuelas no gastan un centavo de combustible para disponer de la electricidad necesaria para los equipos e incluso para la iluminación-; 167 de esas escuelas tienen una matrícula inferior a cinco niños y 24 cuentan con un solo niño y un maestro, para cumplir el principio de que no quede un solo niño sin escuela, por apartado que sea el lugar donde resida.

“El Curso de Superación Integral para Jóvenes se inauguró -hace unos cuatro años aquí, en Granma, en la ciudad de Manzanillo, aquella noche- con 12 mil 124 estudiantes.  Hoy su matrícula asciende a 17 mil 930 alumnos.  De estos cursos, han ingresado a las universidades en ese período 17 mil 950 jóvenes.

“Con ellos, Granma llega a la cifra de 47 mil 409 estudiantes de enseñanza superior, tres veces más que lo que tenía todo el país al triunfo de la Revolución.  Las 39 carreras universitarias que se estudian han podido multiplicar su matrícula gracias al Programa de la Universalización de la Educación Superior con 54 nuevas sedes presentes en todos los municipios de la provincia.

“Se inauguró también el Programa de Salas de Video, por aquellos días, para llevar la televisión a la población campesina aislada.  En ese momento la provincia contaba con 171 instalaciones, y eran muchas, estábamos orgullosos; hoy existen 454 salas, la mayor cifra del país, que, sumadas todas las visitas, han sido disfrutadas por los campesinos más de cuatro millones de veces.

“Se creó e inauguró el Programa de la Enseñanza de las Artes Plásticas en la academia Carlos Enríquez, un edificio reconstruido y ampliado de Manzanillo, a la cual se unió después la “Oswaldo Guayasamín”, de Bayamo, de nueva creación.  Entre ambas han graduado 83 estudiantes y su matrícula actual conjunta es de 171 estudiantes”.

Fueron esos algunos de los datos ofrecidos por Fidel que validaban aquellos proyectos sociales, al tiempo que mencionó muchas de un grupo significativo de obras insertadas en la revolución constructiva emprendida por la provincia.

“Y no es nada, cuánto más falta por hacer en Bayamo todavía.  Mas no por ello nos arrepentiremos, ni nos parecería absurdo que un día los bayameses quemaran la ciudad de Bayamo antes que entregarla al enemigo. Más vale quemarla y que no haya nada, porque sobre la dignidad se puede construir un mundo.

“Nosotros hemos estado bloqueados, amenazados durante más de 50 años, y les podemos decir a los vecinitos del Norte: Muéstrenme una foto, un mapa de un país, de una provincia donde haya algo parecido a esto que ustedes, los de Granma, han hecho en cuatro años”, afirmó en medio de un promontorio de exclamaciones, consignas y vivas a la Revolución y a ese líder incuestionable, que han quedado asidos para siempre en la memoria y en el corazón de los granmenses.

HUELLA

Efectivamente, como destaca Ángela Valdés, el pueblo estaba conmovido, no cesaban los aplausos, incluso al rato de haberse marchado tras terminar el acto, quien sabe por dónde iría, y todos seguían allí en la Plaza, como extasiados por sus palabras, aplaudiendo y dando vivas a Fidel.

Así también lo recuerda Elsa Domínguez Santiesteban, quien entonces se desempeñaba como especialista en la oficina de atención al Buró y Comité provincial del Partido.

“Todos los discursos de nuestro Comandante siempre fueron una convocatoria al esfuerzo y a trabajar unidos, y en esa ocasión no fue diferente, nos llamó a consagrarnos y a defender nuestras conquistas al precio que fuera necesario.

“Previo a la celebración de la efeméride, en la provincia se vivieron días de fiestas laborales, y de muchas actividades, y luego nos quedamos comprometidos todos y en lo personal, a ser más revolucionarios, más consagrados, más combatientes.

“En este nuevo acto por el 26 de Julio, del cual Granma también será sede, le reafirmaremos el compromiso de seguir en la vanguardia”.

PERENNE PRESENCIA

Granma, como en el 2006, ha vuelto a ser un hervidero de sudor y entrega en las entidades, las calles y los barrios, desde los citadinos hasta los más intrincados de la montaña, porque amén de cuanto sigue faltando por hacer, otros programas más de desarrollo alcanzan a sectores priorizados, incluida la producción de alimentos, actividad en la que el territorio expone referentes para el resto del país.

Con esas razones, y cercana la celebración del aniversario 66 de los acontecimientos del 26 de Julio, muchos hemos repasado una y otra vez aquel discurso memorable de Fidel, en el cual, tras referirse a dos pilares de la obra social que construimos, educación y salud, también expresó:

“El día en que existan sociedades verdaderamente justas en el mundo -y va llegando la hora, porque no existe otra alternativa-, ese día, con mucha racionalidad, se podrá hacer el uso de toda la fuerza de la educación para crear valores y especialmente trasmitir valores.  Esa es una tarea del maestro, del educador, del profesor, desde la primaria hasta ciento y tantos años; porque creo hay no sé cuántos miles ya de ciudadanos en este país, y es lógico, y habrá más cada vez, que rebasen, incluso, la cifra de los 100 años.

“Pero no se asuste nuestro vecinito del Norte, que yo no estoy pensando en estar ejerciendo funciones a esa edad; porque, además, la que ejerzo no se debe a mi voluntad, ni mucho menos, nunca luché para eso. Sí, lucharé toda mi vida, hasta el último segundo, mientras tenga uso de razón, por hacer algo bueno, hacer algo útil, porque todos hemos aprendido a ser mejores con cada año que nos pasa por encima, todos los revolucionarios”.

… Y así continúa haciéndolo Comandante, alentándonos desde la profundidad de nuestros corazones, guiando cada batalla por el bienestar de su pueblo que, representado por los granmenses, se apresta a celebrar junto a usted, nuevamente, el Día glorioso de la Rebeldía Nacional.  Entonces, el 26, cuando el alba despunte, nos vemos en la Plaza.