Despunta el día y sorprende al pilonense Julio César Lara Lara, preparando su caballo para realizar su habitual recorrido por las montañas de su municipio.

A su condición de guardabosque e integrante de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, se une ahora su condición de luchador incansable contra los sembrados de marihuana.

Todo comenzó por su participación en operaciones antidrogas, por lo cual él y sus compañeros se dieron a la tarea de buscar los sembrados mediante la información y su buen “olfato”.

Otra de las actividades que les han dado buenos resultados es el patrullaje a los lugares proclives y con antecedentes de estas acciones delictivas.

“Aunque a veces- refiere- la droga no está en lugares  intrincados si no donde menos uno se imagina, pero gracias al proceder sistemático pocos se nos han ido de la mano. Ya tenemos caracterizados los sitios más peligrosos porque hemos dedicado tiempo a identificarlos.

“Mi combate actual se debe a que me propuse y exhorté a los demás combatientes a enfrentar los delitos, las ilegalidades y la droga, fundamentalmente.

“Me ha ayudado mucho mi conocimiento de estos lugares, pues por alrededor de 19 años fui jefe del circuito Los Corrales, el cual ocupa el territorio montañoso de Media Luna y Pilón, que son alrededor de 400 km cuadrados.

“Pero no solo me preocupa la droga, sino la conservación de la flora y la fauna, la prevención de incendios y la atención de los sitios históricos enclavados en esa zona.

“En el tiempo que llevamos al frente de esta guerra sin cuartel hemos detectado seis casos de siembra, que aunque trabajamos en conjunto con otros organismos, ha sido nuestro el protagonismo.

“Ya hemos descubierto algunos indicios para saber cuando hay personas involucradas, porque su nivel de vida cambia”.

Jovialmente dice que él y sus compañeros se han convertido en caninos de la Sierra, porque olfatean y buscan la droga donde esté.

“Considero que esta es la mejor forma que he encontrado para defender la Revolución porque yo no  puedo permitir que el delito se enseñoree.

“Los combatientes en cualquier parte que nos encontremos debemos enfrentar el flagelo de la droga, y a los jóvenes les aconsejo no consumirla, y en caso de traficarla, buscar una forma honesta y honrada de ganarse la vida”.