La Habana, – Uno de los platillos cubanos más reclamados por muchos viajeros hoy es el congrí, a pesar de que los europeos prueban con pinzas la comida de este país debido al exceso de grasa y condimentos.
Sin embargo, el congrí puede resumir de una manera estilizada -al decir de los chef- el sentido de alimentarse de manera tradicional, con repetición en la mayoría de los hogares de esta isla, pues por demás detrás de su forma de preparación existe toda una historia.
El congrí exhala aromas del Mar Caribe. Mezcla apropiada de frijoles colorados y una revoltura del arroz que troca, en el proceso de cocción, su palidez original por un mestizaje típico para esa receta, muy socorrida en Cuba, en los hogares y hasta en los restaurantes de lujo.
Se trata de un plato acostumbrado en países antillanos, donde se le acompaña con trozos de carne o pellejos de cerdos bien fritos (chicharrones). La grasa chorreada de forma discreta y cualquier bebida fría complementa la exquisitez del paladar.
Sin embargo, de acuerdo con las actuales tendencias de una culinaria más saludable, los chef adecuan tal receta para complacer los paladares más exigentes.
Pero tras esa forma de comer hay toda una historia y hasta denominaciones diferentes en naciones latinoamericanas o de otras regiones del planeta, donde las leguminosas constituyen una forma básica de consumir proteína vegetal.
Pero a la hora de cocinar congrí, sin embargo, solo se precisa del fríjol colorado, fresco, agua, ají, cebolla, ajo, sal, especias… Y una buena experiencia gastronómica.
En los estados caribeños es harto conocido, pero sobre todo en Puerto Rico, Santo Domingo, Bahamas, en Haití y, con fuerza en Cuba, donde se considera una receta muy popular, casera, pero también aparece en restaurantes de lujo.
Para algunos estudiosos esta forma de comer arroz con frijoles tiene sus orígenes en África, debido a la composición de tal palabra a partir de los vocablos “congo” y “riz”.
Ambas formulaciones provienen del Creole, uno de los dialectos más difundidos entre los haitianos, a quienes se les atribuye la paternidad mejor probada de dicha receta.
Realmente Congrí quiere decir Congos con Arroz y cuentan las leyendas que surgió del apuro de un improvisado cocinero.
Algunos expertos recuerdan que un negro requirió preparar un plato con premura y sin condimentos, por lo cual echó a hervir en el caldero arroz y frijoles a la vez, estos se cocinaron porque el segundo ingrediente era fresco.
Nadie sabe si tal versión es cierta o fruto de la imaginación, pero lo que si sucedió, y hace mucho tiempo, es que tal proceso culinario desembocó en un cuidado mayor: cocinar los frijoles hasta dejarlos blandos, aliñarlos y agregarles el arroz.
En Cuba, por ejemplo, durante la guerra de independencia en el siglo XIX, librada frente a las tropas españolas, alguna gente llamaba a este estilo de comida “Voluntarios y Bomberos”.
Tal alusión era debido a que los primeros eran blancos y los segundos negros, según narra un libro de cocina de la prestigiosa dietista cubana ya fallecida Nitza Villapol.
Es bueno precisar que el Congrí es colorados con arroz, mientras otro plato parecido, “Moros y Cristianos”, se confecciona a partir de frijoles negros, también con arroz. Varios conocedores del tema recomiendan sofreír primero la gramínea cruda en un poco de grasa antes de mezclarla con el fríjol.
Esta forma de preparar la comida se conoce desde la época de los esclavos africanos traídos a América, y era muy común en las fincas que se sirviera el Congrí en las mesas de los patrones hispanos, a partir de la propuesta de algún cocinero congo o lucumí.