“Las precipitaciones continúan complicando las actividades de siembra de caña en Granma”, aseveró Pedro José Ayala Boza, director de la rama  en  la Empresa Azucarera local.

El dirigente refirió  que en la zona de la unidad Grito de Yara, se produjeron intensas  lluvias  desde el anochecer de este martes, lo que obstaculizó los trabajos planeados en un grupo de unidades productoras de allí.

Esto ocurrió en áreas surcadas en los últimos tres días en  la llanura del Cauto y retrasó una incipiente labor con los equipos llamados Cuba Libre: tractores y carretas cargados con semillas y otros avituallamientos  que apoyan la siembra de una unidad a otra,  en un ejercicio claramente solidario.

Así, quienes no pueden sembrar porque  sus campos están inundados se mueven hacia las áreas donde la humedad sí lo permite  y ofrecen su aporte.

Ayala Boza explicó, al referirse a la Unidad de atención a productores Bartolomé Masó,  que en ese sitio de la  precordillera de la Sierra Maestra es  muy complicado reiniciar labores agrícolas,  pues los estancamientos de agua no dejan surcar ni resurcar, “aquello está empantanado”, dijo.

En la zona costera las  áreas bajas de la Unidad de atención a productores Enidio Díaz Machado mantienen similares condiciones que las de la llanura del Cauto y de Bartolomé Masó y no han podido roturar por las razones ya expuestas.

Solo  se está plantando la dulce gramínea en la Unidad Roberto Ramírez, de Niquero, que mantiene un buen ritmo y a la que no falta mucho para  satisfacer, por segunda vez, las cifras comprometidas en el plan extra  que se autofijaron sus cultivadores de caña, cuando a la Empresa Azucarera le  restan  unas 900 hectáreas  para cumplimentar lo pactado en siembra para este año.