Bogotá.- Con la aprobación del acto legislativo para la reincorporación política de las FARC-EP avanza hoy en el Congreso colombiano la tramitación de las normas encaminadas a implementar el histórico acuerdo de paz firmado a finales de 2016.

En correspondencia con lo convenido, el partido que surja de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) tendrá garantizados cinco escaños o curules en el Senado e igual número en la Cámara de Representantes, durante dos períodos (ocho años).

No obstante participará en las elecciones de marzo de 2018 junto al resto de las agrupaciones políticas como una suerte de ensayo para medir su aceptación dentro de la ciudadanía.

Se trata de una de las llamadas normas de la paz avaladas por los congresistas quienes dieron vía libre también al Estatuto de la oposición, el cual contempla una serie de garantías para ese sector.

Con anterioridad los legisladores dijeron sí a la Ley de amnistía e indulto (para miembros de las FARC-EP) y de tratamientos jurídicos especiales (para militares); así como a la reforma que dará vida a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

En virtud de la JEP serán creados tribunales a fin de investigar, juzgar y sancionar a responsables del largo conflicto con las premisas de cero impunidad frente a crímenes de lesa humanidad; pero sí beneficios de indultos y amnistías en casos de delitos políticos y conexos.

Aunque en el Parlamento fueron aprobadas normativas importantes, todavía faltan algunas que constituyen la base de los pactos entre el Gobierno y esa agrupación como las que atañen a la proyectada reforma rural integral, la sustitución de cultivos de uso ilícito y el desarrollo de la reforma política, declaró a Prensa Latina el senador Iván Cepeda, impulsor de los diálogos con la insurgencia.

El pasado 24 de noviembre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, rubricaron el consenso definitivo dirigido a terminar los enfrentamientos y hostilidades tras medio siglo de confrontación.

Tal documento prevé entre sus medidas la instauración del cese el fuego bilateral, así como el desarme de los antiguos combatientes en 26 sitios del territorio nacional con supervisión de Naciones Unidas.

Actualmente unos siete mil hombres y mujeres de esa guerrilla, la mayor del país, permanecen concentrados en esos espacios para abandonar el armamento en su poder y preparar su reintegración a la vida civil.

Una vez culminado el procedimiento de desarme, las FARC-EP podrán fundar su partido para lo cual aspiran realizar un congreso en las primeras semanas de agosto, confirmó a Prensa Latina el comandante y vocero de ese grupo Iván Márquez.

La guerra interna ha dejado unos 300 mil muertos, casi siete millones de desplazados de sus lugares de origen y al menos 60 mil desaparecidos.

En busca de un escenario de distensión duradero y más abarcador comenzaron desde el pasado 7 de febrero en Quito, Ecuador, las pláticas con el igualmente insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), menos numeroso que las FARC-EP pero activo hace más de 50 años.