Continuidad de un encuentro memorable

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Por Sara Sariol Sosa | 24 mayo, 2017 |
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Cuando este 25 de mayo se conmemore el aniversario 59 de la reunión de Fidel con campesinos en Las Vegas de Jibacoa, municipio granmense de Bartolomé Masó, Sierra Maestra, los hombres y mujeres de la provincia vinculados al cultivo del café, vivirán otra jornada de reafirmación patriótica y compromiso.

Tan memorable intercambio, en 1958, en medio de la ofensiva final de la lucha guerrillera por la libertad cubana, es recogido por la historia como la primera vez que Fidel habló a una gran masa de agricultores.

El encuentro, considerado además el antecedente más inmediato del Congreso Campesino en Armas celebrado en septiembre de ese propio año, centró su atención en la recogida de café, sujeta en ese momento a condiciones especiales pues el ejército no permitía el ascenso de jornaleros para la zafra del producto.

Aunque la cita estaba prevista para la una de la tarde, desde el amanecer empezaron a llegar a la tienda de Santiago Gómez, cientos de caficultores que animados por el encuentro con el líder rebelde bajaban desde distantes e intrincados puntos del lomerío.

En Pasajes de guerra revolucionaria, el Che al referirse a la trascendencia y ambiente en que transcurrió el hecho, apuntó: “Le había dado cita a unos trescientos cincuenta campesinos muy interesados en resolver sus problemas de cosecha. Fidel había propuesto crear un dinero de la Sierra para pagar a los trabajadores, traer el yarey y los sacos para los envases, crear cooperativas de trabajo y consumo y una comisión de fiscalización.  Además, se ofrecía el concurso del Ejército Guerrillero para la cosecha. Todo fue aprobado pero, cuando iba a cerrar el acto el propio Fidel, comenzó el ametrallamiento, el ejército enemigo había chocado con los hombres del capitán Ángel Verdecia y su aviación castigaba los contornos.”

Testigos del encuentro, en el cual participaron además Celia Sánchez y los luchadores agrarios José Ramírez Cruz (Pepe), Gervasio Martín y Jacinto Vivó, confirmaron que a pesar de la hostilidad batistiana la cosecha se realizó, y a partir de ese momento se fortaleció la confianza del campesinado en las fuerzas guerrilleras.

En estos años de Revolución tuvieron lugar múltiples y provechosos intercambios entre nuestro Máximo Líder y los campesinos cubanos, otra promesa hecha en la guerra y cumplida en la paz.

“En breve tiempo –aseguró en aquel primer encuentro- no solamente podremos reunirnos en estos lugares libres de la Sierra Maestra, sino que en el futuro podremos hacerlo en pueblos y ciudades, hasta que al final, logrado el triunfo sobre la tiranía, poder hacerlo en La Habana, con representación de campesinos de la Sierra, por ser ésta el símbolo de la Revolución Cubana”.

Este 25 de mayo el ejemplo de Fidel renovará fuerzas entre los caficultores granmenses, quienes ratificarán su compromiso de aporte a la economía del país.

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