La empresa eléctrica de Granma es una de las más afectadas por el férreo bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos (EE.U.U.) hacia Cuba, pues la mayoría de los recursos para trabajar se importan.
Los transformadores, las acometidas para poner las líneas eléctricas, los cables, los brequer, así como los medios de seguridad y protección que requieren los linieros para trabajar entre ellos los arnés anti-caída, las fajas de seguridad, las botas, las varas pértigas de operaciones, los equipos detectores de tensión sonora, los equipos de tierra y los carros tecnológicos, entre otros.
Las limitaciones que tiene Cuba para adquirir estos equipos ocasionan retrasos en los compromisos comerciales con los clientes, afecta el servicio que se presta al sector residencial e impide por ejemplo, que se pueda avanzar más en restablecer el alumbrado público.
Si bien la empresa eléctrica continúa la ejecución de los programas de electrificación de los barrios, hoy la rehabilitación del sistema electro-energético pudiera tener mejores resultados de no enfrentar anualmente las trabas que impone el bloqueo.
La Empresa eléctrica pudiera adquirir en el mercado norteamericano los componentes imprescindibles para su trabajo, sin embargo, el sector empresarial asociado a la industria eléctrica en EEUU tiene prohibido comercializar con Cuba.
Los dispositivos y equipamientos necesarios se tienen que comprar en otros países, como China y Europa, comercio que incide negativamente en los planes de desarrollo de las inversiones del sector eléctrico en la mayor de Las Antillas porque los contenedores demoran hasta 45 días en llegar a puerto cubano después de la compra.
Si la Unión Eléctrica dispusiera de créditos en el territorio de Estados Unidos, el plan de inversiones para rehabilitar el servicio de generación y distribución de energía para beneficio de la población pudiera realizarse en menor tiempo y con más eficiencia.
En el grupo empresarial Unión Eléctrica se mantiene el acceso muy limitado a las piezas de repuesto para los motores BAZAN, fabricadas por la compañía española NAVANTIA. Esta empresa se ha rehusado a realizar operaciones comerciales con Cuba, por temor a las consecuencias del bloqueo. Por tal razón, las piezas solo se pueden adquirir a través de un único suministrador a precios dos veces superiores a los del mercado.