Enrique Alcolea es “adicto ejemplar” a los carnavales, al punto que, en cada fecha, suele amanecer bailando y tomando junto a familiares y amigos.
Ya se estaba preparando para las celebraciones populares del municipio granmense de Guisa (19 al 22 de marzo) cuando le dijeron, hace varios días, en lenguaje directo: “Pospusieron las fiestas por el nuevo coronavirus”.
Sin embargo, lejos de enfadarse, se contentó y hasta sintió alivio. “No hay una opción mejor que esta. Los carnavales pueden volver, la vida no”, dice categórico.
Esa decisión de las autoridades se complementará con la postergación de los festejos carnavalescos de Yara, previstos del 26 al 29 de marzo. En principio, se busca impedir a toda costa las grandes aglomeraciones porque bien se sabe que el SARS COv-2, como otros virus, encuentra un buen caldo de cultivo en las multitudes.
Está por ver, no obstante, si todos pensarán igual que Enrique. A veces, inexplicablemente, surgen las incomprensiones hasta en los temas en que debería primar la unanimidad.
Virus nuevo, reto nuevo
Un texto del Instituto de Salud Global de Barcelona (www.isglobal.org/) explica que se ha demostrado que la actual pandemia se transmite con mucha facilidad. “De momento –señala-, la OMS estima que la tasa de contagio (R0) del virus es de 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango entre 2 y 3. Esto quiere decir que cada persona infectada puede a su vez infectar a entre dos y tres personas, aunque se ha visto que pueden haber “supercontagiadores”, capaces de contagiar hasta a 16 personas. Para controlar una epidemia, la R0 necesita disminuir por debajo de 1”.
Entonces, parece fácil entender la necesidad de suspender temporalmente celebraciones como las de los carnavales, en las cuales no solo abundan las muchedumbres de diversas edades. Recordemos que son comunes los saludos efusivos, la costumbre de beber cerveza en un mismo recipiente, el expendio de comida, el roce de los seres humanos, los desperdicios…
Al respecto, el doctor Asdiel Curó Núñez, vicedirector de Higiene e Epidemiología del policlínico bayamés 13 de Marzo, explica que todavía, por ser un coronavirus de reciente aparición, continúan los estudios sobre el período de incubación, transmisibilidad, precauciones, etc.
“De todas maneras, está claro que hay individuos que pueden permanecer asintomáticos, sin embargo, poseen el virus. Si uno de esos portadores llega a una aglomeración propagará y multiplicará la enfermedad”, comenta.
El profesional acota que es trascendental que cada individuo con síntomas respiratorios acuda al médico y bajo ningún concepto –ni aún con nasobuco- vaya a las multitudes, especialmente a aquellas en el que el contacto puede durar horas.
“No hay una cultura de estornudar con la protección necesaria. Cuando eso pasa, un enfermo estará soltando sus secreciones al aire y generando una cadena”, enfatiza.
Por eso, como expone Lorianne Rodríguez, directora de Cultura en Granma, también quedó pospuesto el evento internacional De los pueblos y su cultura (previsto inicialmente del 17 al 21 de marzo), la Feria del libro (1 al 5 de abril) se suspendieron los eventos en teatros y otros centros a los que asiste mucho público y se mantiene la vigilancia extrema en las escuelas del territorio.
Epílogo
En una rápida visita a Guisa, uno de los territorios en los que se postergó el carnaval, La Demajagua digital encontró comprensión en casi todas las personas.
Dariel Bárbaro Pérez Corría, de 28 años, expresó, por ejemplo, que ha sido una “sabia y oportuna decisión de las autoridades la provincia porque lo más importante es la salud de nuestro pueblo”.
Mas, él cree que todavía existen sujetos superficiales a los que les incomoda esta medida.
“No nos puede inundar la imprudencia, tampoco el pánico. Debemos tomar todas las medidas para evitar el contagio, solemos ser muy solidarios y cariñosos, aunque debemos disciplinarnos más para ganarle al coronavirus, reconoce.
Algo similar piensa Lucía García Espinosa, de 21 años, quien aseguró que a estas alturas todavía ciertos ciudadanos siguen sin la percepción de riesgo.
“Menos mal que en la mayoría de las personas, incluyendo los jóvenes, hay sensibilidad sobre el problema que enfrentamos. A mí me encantan las fiestas, en carnavales disfruto hasta que salga el sol, pero estoy muy de acuerdo con las medidas tomadas para proteger al pueblo. Debemos entender definitivamente que el coronavirus no es cosa de juegos”.