La mascarilla hidratante hecha de fibras de una centésima parte del grosor de un cabello humano, puede usarse como base facial o para encubrir cicatrices, arrugas o manchas en la cara.
Se aplica sobre una loción absorbente y luego se rocían las fibras sobre la cara, al momento se forma una delgada lámina translúcida, que actúa como un ‘invernadero’ para que la piel real debajo absorba la humedad y aún pueda respirar.
‘Este es el primer producto cosmético del mundo que utiliza dicha tecnología’, expresó Masayuki Uchiyama, investigador del cuidado de la piel en Kao, la firma detrás de la innovación.
Piel nueva con maquillaje del futuro
Este maquillaje es una segunda piel real. Una nueva revolución llega al mundo de la cosmética. Se aplica con un simple aerosol y permite tapar cicatrices o imperfecciones a la vez que deja respirar a la piel original.
Publicada por La Vanguardia en Miércoles, 4 de diciembre de 2019
Sin embargo, no reveló el material preciso del que estaban hechas las fibras ultrafinas para crear una capa en la piel, aunque confirmó que el difusor de mano tardó 10 años en fabricarse.
Agregó que la tecnología empleada es de vanguardia y no es barata, pues cada difusor cuesta 50 mil yenes (628 dólares estadounidenses).
Aunque existen tecnologías similares, incluidas las que usan células o polímeros, la de Kao es diferente pues se centra en las fibras, son más flexibles y difíciles de romper incluso si la persona se mueve.