Esa percepción es peligrosa porque si los consumidores piensan que la economía es débil gastarán menos y si los dueños de negocios estiman lo mismo no contratarán a más personas, subrayó Greg McBride, analista financiero de ese sitio web. Gary Shilling, considerado uno de los gurúes del mercado, afirmó esta semana que la economía de Estados Unidos ‘probablemente ya está en recesión’, aunque estimó que su impacto sería menor al de otras crisis del pasado.

Conocido por pronosticar un exceso de inventario global que condujo a la desaceleración de esta nación de 1973 a 1975, Shilling explicó que en el actual contexto el Producto Interno Bruto (PIB) real podría disminuir de 1,5 a dos por ciento en lugar de 3,5, o cuatro por ciento como en anteriores ocasiones.

En una entrevista con Real Visión, una plataforma digital dedicada a las finanzas y los negocios, el especialista estimó que las acciones no sufrirían tanto, aunque podrían caer hasta un 22 por ciento.

Shilling, execonomista jefe de Merrill Lynch, también predijo la crisis de 1991 y en 2008, poco antes de la debacle financiera, alertó sobre la burbuja en el mercado de viviendas que condujo a esa situación.

En los últimos meses crecieron las preocupaciones aquí sobre el final del ciclo de expansión de la economía norteamericana, que recién cumplió 10 años, y una posible recesión, aunque los datos muestran un desempleo en mínimos y un crecimiento del PIB.

La situación se ve agravada por las guerras comerciales impulsadas por el presidente Donald Trump, que provocaron el rechazo de instituciones como la Cámara de Comercio del país.

Días atrás unas 600 compañías norteamericanas expresaron en una carta su preocupación por esa política al estimar que podría causar la pérdida de hasta dos millones de empleos y costar a cada familia norteamericana unos dos mil dólares como promedio.

Una encuesta de Business Roundtable, que agrupa a directores ejecutivos de grandes corporaciones, reveló que la escalada redujo la confianza de los líderes del sector.