Crecer sanos

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Por Prensa Latina (PL) | 1 marzo, 2021 |
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La Habana, – Mi primer contacto con las vacunas tuvo lugar con la creada contra la poliomielitis, cuando mis padres me llevaron a recibir aquel famoso caramelito.


Así relató a Prensa Latina el científico cubano Vicente Vérez, director del Instituto Finlay de Vacunas, en un conversatorio sobre formulaciones elaboradas en Cuba y de Soberana 01 y 02, los proyectos anti-Covid-19 de esa institución.

La de la poliomielitis  “fue el primer esfuerzo que hizo la Revolución cubana en sus inicios para combatir una enfermedad que atacaba a los niños”.

De esa forma -afirma- en 1962 el gobierno de la isla crea un Programa Nacional de Inmunización, y en ese mismo año, el país se convierte en el primero de América Latina en eliminar definitivamente la poliomielitis, al aplicar una vacuna oral de manera comunitaria e intersectorial.

Bencomo asegura que desde entonces la población cubana está exenta de peligro relativo a esa enfermedad, porque el Sistema de Salud mantiene una cobertura de casi el 100 por ciento con vacunas que permiten la protección contra tres tipos de poliovirus.

Por aquel entonces, relata, en la nación caribeña aparece una epidemia de meningitis B muy importante que, a decir del especialista podía dejar sin vida a un niño en cuestión de dos horas.

Nuestros investigadores liderados por la profesora Concepción Campa, una de las fundadoras del otrora Polo Científico de La Habana, encontraron la manera de hacer una vacuna que devolviera la tranquilidad a los padres, reitera Bencomo.

VA-MENGOC-BC fue la primera vacuna en el mundo eficaz contra el meningococo del serogrupo B -aclara-.

Luego la vacunación masiva y sistemática cambió el espectro de cepas del meningococo en los portadores asintomáticos sanos y la circulación de estas en las poblaciones hacia fenotipos no virulentos.

La enfermedad dejó de ser un problema de salud en el país y en América Latina se administraron más de 60 millones de dosis de ella, detalla.

“Para mí, padre de una niña pequeña en aquel momento, ese fármaco marcó mi vida. Decidí desde entonces que, con la ciencia que conocía, dedicaría el resto de mis días a la producción de vacunas para nuestros niños”.

Y así fue. Vérez desarrolló entonces, entre otras, la primera vacuna del mundo a base de antígenos sintéticos  contra la neumonía y la meningitis Haemophilus influenzae de tipo B.
Ahora encabeza junt aun equipo de científicos los estudios sobre dos candidatos vacunales contra la Covid-19, con Soberana 02 como la avanzada, que entra en estos dias a fase III.

EL RETO DE LA COVID-19 ¿UNA VACUNA PARA LOS NIÑOS?

Hasta el momento no existe una vacuna contra la Covid-19 en el mundo aprobada para su uso en niños y adolescentes según reportes de la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Recientemente la compañía Pfizer/BioNTech anunció el completamiento de un estudio con participantes de entre 12 y 15 años de edad, mientras Moderna se encuentra en fase de reclutamiento de menores entre 12 y 17 años.

Especialistas explican que la seguridad y eficacia de las vacunas, debe estar aprobada antes en la población adulta y, hasta tanto no se produzca dicha evaluación, no puede ser aplicada a niños o adolescentes.

Aunque la tasa de letalidad global es baja en edades pediátricas, los científicos advierten que la Covid-19 también puede ser mortal en niños en edades tempranas o en aquellos con comorbilidades.

En Cuba, a casi un año de enfrentamiento al virus, no se lamenta ningún fallecido en edad pediátrica, gracias al protocolo de actuación con una atención médica personalizada acorde a las necesidades de cada niño.

Sin embargo, desde inicios de 2021 se registra un notable incremento de pacientes pediátricos contagiados con la Covid-19 en el país caribeño, y en estos días se mantienen activos 689, aunque el 88,6 por ciento de los diagnosticados han logrado vencerla.

Director del IFV desde 2015, Vérez señala que el inicio de la fase III de ensayos clínicos de Soberana 02, uno de los cuatro candidatos vacunales cubanos contra la Covid-19, comenzará esta semana pues mostró en sus etapas de estudio II A y II B gran seguridad, así como una respuesta inmune potente.

La más avanzada en las investigaciones contra el virus SARS-Cov-2, Soberana 02 es la vacuna conjugada que utiliza como plataforma el toxoide tetánico, una estrategia ya utilizada en Cuba.

Bencomo asegura que esta molécula induce memoria de larga duración de esa respuesta inmune que, además de producir anticuerpos, logra su presencia en el tiempo, por lo que es posible un ensayo en pacientes pediátricos.

El estudio incluirá individuos entre cinco y 18 años de edad con el objetivo de garantizar su seguridad en las etapas escolares, pero no tendrá en cuenta a infantes entre cero y cinco años porque sus sistemas inmunes están expuestos a otras cargas de vacunas destinadas a la inmunización en esos períodos de vida, reitera el especialista.

La pandemia de la Covid-19 ha creado incertidumbre en muchos padres sobre cuán seguro podría ser un ensayo clínico de un inyectable contra la Covid-19 en los pequeños.

Sin embargo, el especialista insiste en que Cuba mantiene una tradición en la producción de vacunas y en la aplicación segura de los ensayos clínicos en su población pediátrica, siguiendo los parámetros de eficacia.De hecho, la isla prioriza la producción de vacunas para su población infantil, que las recibe de forma gratuita contra 13 enfermedades
En los últimos días, los resultados esperanzadores de Soberana 02 han ocupado titulares de los grandes monopolios de la información por ser el primer candidato vacunal en América Latina y el mundo con la plataforma de vacunas conjugadas.

Los laboratorios del Centro Nacional de Biopreparados, en una conexión entre instituciones junto al Centro de Inmunología Molecular, que aporta el antígeno RDB de la ansiada fórmula, lograron ya una producción a gran escala del producto:  340 mil dosis del candidato vacunal Soberana02 para iniciar el ensayo clínico fase III.

Un paso más hacia la ansiada inmunización de casi toda su población, en la que no estarán exentos sus niños, resaltó Bencomo.

Las nuevas generaciones de cubanos estarán inmunizadas contra este virus, como lo hacen también con otras vacunas que los benefician apenas 24 horas de su llegada a este mundo, para crecer sanos.

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