El Real Madrid se estrenó en la Champions con una goleada y con más problemas en su enfermería. Ganó con contundencia al Shakhtar, que era el objetivo, gracias a los goles de Benzema y Cristiano (dos penaltis), pero perdió por el camino a Bale, Varane y Ramos lesionados. El resultado, algo engañoso, vuelve a dejar la portería de Keylor a cero, muestra de la solidez defensiva del equipo con Benítez.

El Madrid tardó en abrir la lata. Entre otras cosas porque Isco rozó la escuadra y debido a que Benzema no acertó a puerta vacía. El primer tanto llegó en el último tramo de la primera parte tras una cantada estrepitosa de Pyatov, al que se le escurrió un balón llovido y que el francés sólo tuvo que empujar. El Shakhtar mandaba en el juego, con mucho toque y poca profundidad. Pero mandaba. Así que el Benabéu comenzó a impacientarse.

El descanso trajo la calma. Y la reanudación, las soluciones. Un penalti iventado por el juez de línea permitió a Cristiano marcar el segundo de penalti. Suerte que repetiría en el tercero. Esta vez gracias a una mano real de un defensa y no a una inventada. El Madrid encarrila así la fase de grupos, aunque mira la Liga con demasiados achaques. La defensa, con Granada y Athletic a la vuelta de la esquina, está en cuadro.