Cuando no estoy trabajando yo me siento de más (+fotos)

Share Button
Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 2 diciembre, 2019 |
0
Félix Pérez Gómez, cuenta hoy con 101 años de edad, dialoga con la agencia Cubana de Noticias de cuando acompañó al Comandante Ernesto “Che” Guevara en la primera jornada de trabajo voluntario realizada en Cuba, en el municipio Bartolomé Masó, provincia de Granma, 23 de noviembre de 2019. FOTO/Leipzig VÁZQUEZ GARCÍA

Era cuestión de agradecimiento y deber. Si nosotros no teníamos nada y la Revolución nos iba a regalar esa belleza, qué mejor que ayudar a construirla, afirma Félix Pérez Gómez, quien vive orgulloso de haber acompañado al Comandante Ernesto Che Guevara en la hasta hoy reconocida como primera jornada de trabajo voluntario en Cuba.

Con asombrosa vitalidad y buena memoria a sus 101 años de edad, va hilvanando recuerdos de antes y después de aquel noviembre de 1959 en el Caney de Las Mercedes, donde el aporte de obreros, campesinos, combatientes del Ejército Rebelde, estudiantes, amas de casa y todo un pueblo permitió edificar la histórica Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos.

Nacido el 29 de julio de 1918, Félix siempre ha vivido en el actual municipio de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, y puede dar fe de cómo eran las cosas en esos parajes montañosos, previo al triunfo del primero de enero de 1959.

“Aquí se construyó una escuelita de guano y trajeron a una maestra de Manzanillo, que apenas estuvo como dos o tres días, se fue y más nunca en la vida volvió”.

Entonces era casi un analfabeto –contó-,  pero después toda su familia sí se educó en la ciudad escolar, hasta los nietos, incluidos un bando que son médicos. ¡Imagínese con qué yo iba a pagar todo eso, a mí nunca me cobraron un kilo por la educación de mis 13 hijos!

Para el humilde y jovial campesino, combatiente de la columna número uno José Martí, la primera gran obra educacional de la Revolución representa lo más lindo, y su manera de agradecer y contribuir fue dando mucho pico en la apertura de zanjas y la preparación de cimientos.

Pero Félix conoció al Che mucho antes del trabajo voluntario y la construcción de esa unidad docente, cuando todavía en plena guerra de liberación (1956-1959) el guerrillero argentino-cubano le señalaba lugares y hablaba del futuro, planeando la edificación de tiendas, hospitales, círculos sociales y otras obras de beneficio popular, que hoy son realidades en las montañas del archipiélago.

También atesora otras oportunidades en las que compartió tiempo y espacio preciosos junto al líder de la gesta Fidel Castro, la heroína Celia Sánchez, el Comandante Camilo Cienfuegos o el doctor René Vallejo, quien lo operó de apendicitis en condiciones de campaña.

Acostumbrado a trabajar desde muy niño, y transcurridos 60 años de aquella jornada histórica junto al Che Guevara, Pérez Gómez continúa fiel a su costumbre de levantarse oscurito y salir al campo, “a veces hasta sin tomar café”, aseveró.

Por estos días acaba de cosechar unas 15 latas de café de las matas sembradas en el patio de su casa, y atiende un lote de frijol que le ha dado muchísimo para comer con su familia, lo mismo guisado, en potaje o congrí.

Estar de vago es malo mija, por eso me alimento y trabajo, reitera como únicos ingredientes de una receta para sobrepasar la centuria aún con ganas de seguir aportando.

¡Yo cojo el azadón y el que se pegue conmigo, oiga!… me dice y deja la frase inconclusa como un reto, mientras sonríe.

Cuando no estoy trabajando me siento de más, por eso mientras viva y la Revolución me necesite, aquí estoy, porque yo soy una gente agradecida, agregó.

1129-Félix Pérez Gómez-1.jpg

1129-Félix Pérez Gómez-2.jpg

1129-Félix Pérez Gómez-3.jpg

1129-Félix Pérez Gómez-5.jpg

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *