Al intervenir en las negociaciones promovidas por la Unesco sobre un nuevo instrumento normativo en la materia, la diplomática ilustró las consecuencias de las políticas agresivas con los daños ocasionados a la isla caribeña por el bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos desde hace más de seis décadas.
El bloqueo recrudecido con las 240 medidas adoptadas por la administración de Donald Trump (2017-2021) afecta el desarrollo científico-tecnológico de Cuba, denunció.
Esquivel insistió en que en el caso de su país, el cerco aplicado por Washington impondrá barreras para la implementación de la ciencia abierta, una apuesta de la Unesco en aras de propiciar que la información, los datos y los productos científicos sean más accesibles y fácilmente compartidos.
Producto del injusto bloqueo, investigadores, académicos y la población cubana en general carecen de acceso a determinados sitios y servicios dedicados a promover la cooperación, el intercambio y la capacitación, precisó.
De acuerdo con la embajadora, las plataformas de la isla se ven imposibilitadas de utilizar el DOI, uno de los identificadores persistentes de objetos digitales más empleados en las infraestructuras de ciencia abierta, lo que afecta su interoperabilidad.
Tampoco pueden emplear programas informáticos que, a pesar de distribuirse bajo licencias abiertas, su descarga y uso están restringidos para nuestro país, agregó en el foro.
En su participación, Esquivel celebró el potencial demostrado por la Unesco en el proceso de creación de instrumentos normativos en la ciencia abierta, para impulsar prácticas científicas más inclusivas y colaborativas, mejorando el acceso a la información científica y el intercambio de conocimientos.
La pandemia de la Covid-19 ha ratificado la necesidad de avanzar hacia un modelo de gestión de la ciencia y el conocimiento con un mayor enfoque de colaboración, accesibilidad e intercambio de información y datos en beneficio de toda la sociedad, insistió.