Manzanillo.- Virgilio López Lemus es hoy una de las figuras más relevantes del ámbito poético cubano, poseedor de un expediente que sobrepasa las 30 obras de ese género, de ensayos y artículos, de los cuales posee premios nacionales y extranjeros.
Donde ha caído un ángel (Ediciones Matanzas, 2016), es su último cuaderno con el que festejó ese año su cumpleaños 70: “Es mi libro más terrícola. O sea, más apegado a la tierra, lo que no es exactamente decir telúrico”.
Hoy, López Lemus comparte con los bardos de diez provincias cubanas que asisten a la cuadragésimo quinta jornada nacional de homenaje al poeta Manuel Navarro Luna, que acontece en esta costera localidad de Granma hasta el 15 de junio.
Resaltan relevancia de Sariol para las letras cubanas
“Estoy muy contento de regresar porque aquí se respira un ambiente bohemio exquisito. La última vez que estuve en Manzanillo fue 1982 acompañando a Félix Pita Rodríguez (maestro extraordinario) y Salvador Bueno. Te confieso que solo recordaba la hermosura de la Glorieta (sonríe a carcajadas). Manzanillo es bello.”
¿Qué criterio tiene de la obra poética de Manuel Navarro Luna?
– Manuel Navarro Luna fue un autor muy libre en la poesía y ese sentido está en su poderoso nivel expresivo y de musicalidad, admiro su estilo elegíaco, uno de los más brillantes y que se manifiesta en “Doña Martina”, que dedicara a su progenitora.
“Navarro les cantó a héroes y mártires de la Patria, nunca se desprendió de la poesía de tono íntimo en la que habló del corazón, de los sentimientos y del valor que tienen las circunstancias familiares, dio mucha preponderancia a la palabra hijo”.
¿En qué sitio ubicaría usted las décimas de Manuel Navarro Luna?
-Doña Martina fue una de las primeras elegías preciosas de la tradición lírica cubana. Creo que él comenzó siendo un poeta de versos libres o semi-libres y luego descubrió el fuerte interés popular sobre la décima al acercarse a los ambientes campesinos.
“Navarro trabajó la décima espinela y lo hizo de forma clásica y aportó el tono elegíaco a la décima. Sencillamente genial, notable.
“Siempre me gusta ver las obras en su desarrollo, en el tracto y Navarro Luna siempre estuvo inmerso en la herencia de Rubén Darío, los instantes políticos, fue un poeta de entrañas, capaz de sintetizar a través de las palabras la idiosincrasia e identidad de una nación.”
Virgilio López Lemus asevera que las jornadas de homenaje al autor de Surco constituyen espacios de reverencia a la figura de quien es considerado el Poeta de la Revolución y además como oxígeno a las venas de la lírica cubana contemporánea.
El distinguido intelectual forma parte del jurado que el 15 de junio conferirá el Premio Nacional de Poesía Manuel Navarro Luna 2017, por el que optan 14 obras.
“Hoy existen poetas que tienden a una obra mucho más íntima, de carácter neoromántico, otro can hacia el verso libre y la experimentación formal y ello está presente en los que enviaron títulos al certamen. Cuba vive nuevas experiencias que llegan expresadas en versos.”
¿Por qué usted afirma que Cuba es un país melodramático?
(Vuelve a sonreír) “A los cubanos nos encanta el drama, nos fascinan las telenovelas, aquí surgieron las radionovelas con El derecho de nacer, nos apasionan los corridos mexicanos y el tango.
Además vivimos una corriente lírica llamada el neoromanticismo que muchos calificaron de cursi, y justamente, somos eso porque disfrutamos poner cisnes, budas en las salas de los hogares.
¿Cuba es poesía?
“Cuba es un país corazón, de la tierra que palpita más con ese órgano que con el cerebro. Aquí hay menos filósofos que poetas, debajo de un plantón de caña pueden salir cinco bardos: unos conversacionales, uno canta décimas, otro experimental, lezamiano. La Isla tiene poetas a su largo y ancho.”