La Habana, -El turismo es de las principales esferas económicas a nivel mundial afectadas por la propagación de la Covid-19, y la posibilidad de la reanimación es incierta, pues nadie sabe cuándo terminará esta crisis sanitaria que no repara en personas o países.
En este contexto, Cuba, que tiene en el turismo una de sus principales fortalezas económicas, señaló oportunamente -según funcionarios del sector- que este cierre permitirá a los establecimientos realizar ajustes internos, reparaciones de sus edificaciones y otros planes para mejorar los servicios, entre otras medidas importantes para cuando ocurra el retorno de los visitantes.
Por demás, algunos hoteles -que en un momento sirvieron de resguardo a turistas que no lograron retornar a sus hogares- tuvieron la iniciativa de preparar distintos menús para venderlos a domicilio y evitar que las personas anden en las calles.
Varias villas turísticas en distintas provincias fueron seleccionadas por acoger a personas sospechosas de estar contagiadas.
Los empleados de esos lugares -salvo los que permanecen en sus hogares por distintas razones- se encargan de ofrecerles un servicio especial, al asegurarles a los internos la alimentación adecuada, al igual que al personal médico y de logística existentes en esos centros de atención.
También son tiempos de solidaridad. Cuando en Cuba ocurrió el primer contagio que provino de ciudadanos italianos, había más de 62 mil turistas hospedados en casas particulares y la mayoría fueron trasladados a hoteles como medida de precaución para evitar trasmisiones masivas. Luego, salieron paulatinamente por vía aérea hacia sus respectivos países.
Se conoció igualmente por medios informativos que muchos de los viajeros quedaron varados en los destinos donde disfrutaban sus vacaciones, distante de sus respectivos países. Una buena parte, en especial de personas de la tercera edad, se recreaban en cruceros, y cuando se supo de enfermos a bordo en diferentes naves, las autoridades portuarias de varias naciones les negaron el atraque.
Uno de esas situaciones las vivieron más de mil cruceristas británicos en el MS Braemar, al que se le negó llegar a distintos puertos internacionales pues llevaban contagiados por el nuevo coronavirus.
Por razones humanitarias, solo Cuba autorizó al MS Braemar, con cinco casos confirmados, a atracar en el astillero del Mariel. Sus pasajeros fueron repatriados por avión al Reino Unido tras una enorme operación realizada en territorio nacional luego de traslado por carretera hasta el aeropuerto internacional José Martí.
Una frase en uno de los balcones del barco resume el sentimiento colectivo de agradecimiento por los pasajeros: “Te quiero Cuba”.
Los ejecutivos del Ministerio del Turismo en Cuba (Mintur) señalan que hay que mirar al futuro, pero ahora es el momento de permanecer en los hogares.
La mayor isla de las Antillas recibe cada año más de cuatro millones de visitantes extranjeros y antes de la Covid-19 este destino caribeño seguía entre las preferencias de viajeros de los cinco continentes, pese a las presiones y el bloqueo económico, financiero y comercial de Washington contra el pueblo cubano, recrudecido en 2019.
Tomado de Cuba Internacional